«Sé que hay muchas dudas tras 17 años (de intentos fracasados de paz), desde el inicio del Proceso de Oslo, y entiendo por qué existen. Esperamos calmar a los escépticos, pero para ello necesitamos un auténtico socio en la parte palestina para comunicarnos», dijo al iniciar la reunión semanal del consejo de ministros.
El pasado viernes, la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, anunció que israelíes y palestinos comenzarán conversaciones directas de paz con mediación de la Casa Blanca el próximo 2 de septiembre en Washington.
Al acto inaugural acudirán Netanyahu; el presidente palestino, Mahmud Abás; el presidente egipcio, Hosni Mubarak; y el rey Abdalá de Jordania, con quienes se reunirá un día antes por separado el presidente de EEUU, Barack Obama.
Palestinos
Los palestinos entran en el proceso directo de diálogo tras semanas de intensas presiones y tres meses de conversaciones indirectas que no parecen haber arrojado fruto alguno.
Netanyahu señaló que «las negociaciones requerirán que ambas partes hagan concesiones» y reiteró varias de sus exigencias rechazadas por los palestinos, como el reconocimiento de Israel como Estado judío o la negativa a que refugiados palestinos regresen a sus antiguos hogares en Israel.
«Si tenemos un socio, podemos alcanzar la paz en tres niveles. El primero son auténticos acuerdos de seguridad en el Estado de Israel. El segundo, el reconocimiento de Israel como el Estado del pueblo judío, incluyendo el asunto del derecho del retorno y la solución a los refugiados palestinos, que se encontraría en el futuro Estado palestino», argumentó.
El tercer nivel es el establecimiento de un Estado palestino, algo que, para Netanyahu, «requiere que sea desmilitarizado y que suponga el fin del conflicto, de forma que éste no continúe de ninguna otra manera».
«Un acuerdo significa poner fin al conflicto. Si se dan estos niveles, se puede lograr la paz», resumió.
Varios ministros de su Gobierno, de mayoría derechista, expresaron su escepticismo ante el inminente proceso o advirtieron de que éste no debe llevar a Netanyahu a prorrogar la moratoria parcial de diez meses en la ampliación de los asentamientos judíos en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, que concluye a finales de septiembre.
El laborista Avishay Braverman advirtió, por su parte, de que «lo peor» que puede darse son «falsas conversaciones», mientras que su compañero Isaac Herzog animó a «los líderes de los partidos a mirarse a los ojos y decidir si de verdad planean trabajar en pro de la paz».
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