«Se reúnen para hacer un balance de la situación tras los incidentes ocurridos durante las vacaciones y para definir qué medidas hay que adoptar, si es que hay que adoptar alguna», explicó el portavoz de Transportes de la Comisión, Fabio Pirotta.
El atentado fallido de Al Qaeda el pasado 25 de diciembre contra un avión de Northwest Airlines que hacía la ruta Amsterdam-Detroit ha reabierto el debate sobre los controles de seguridad antes del embarque y Reino Unido y Países Bajos han anunciado ya que introducirán escáneres en sus aeropuertos.
Sin embargo, el ministro de Fomento, José Blanco, aseguró este lunes que el Gobierno español no adoptará «medidas adicionales» en materia de seguridad aérea, como la implantación de escáneres corporales, hasta que no haya un acuerdo sobre esta cuestión en el seno de la Unión Europea, más allá de las ya aplicadas a instancias de Estados Unidos para «extremar la vigilancia» de pasajeros que viajen a dicho país.
En la actualidad no hay ninguna regla que impida a los Estados miembros introducir el uso de este tipo de escáneres y, de hecho, ya se han probado en diferentes aeropuertos. «En estos momentos, el uso de escáneres corporales es competencia de los Estados miembros», dijo el portavoz.
El Ejecutivo comunitario propuso en 2008 la introducción de este tipo de escáneres en los aeropuertos como medida de seguridad complementaria, dejando claro que su uso sería voluntario para los pasajeros. Pero se vio obligado a abandonar la idea debido a las reticencias mostradas por la Eurocámara.
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