En 2º plano y de izq. a der., Paula Serra, dir.ª de Audiovisuales del Grup Serra y editora de El Económico; Marta Seguí, dir.ª de Expansión de Skalop; Maria Frontera, pdta. de la FEHM; Marga Coll, cocinera y prop. del rest. Miceli; Carmen Serra, pdta. del Grup Serra, y Magda Pons-Quintana, dir.ª de Pons Quintana. En 1.er plano, Catalina Aguiló, copropietaria de Viajes Kontiki; Isabel Guarch, diseñadora de joyas; Margalida Ramis, dir.ª general de Grupotel, y Rosa María Regi, pdta de Quirónsalud en Balears. | M. À. Cañellas

Mujeres valientes y comprometidas trabajan día a día para conseguir sus propósitos. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebrará el próximo 8 de marzo, El Económico ha reunido a ocho empresarias de las Islas para hablar de los retos que tiene que afrontar la sociedad para conseguir la igualdad de hombres y mujeres, pero también para repasar la actualidad de sus sectores. Consideran que la educación es esencial para acabar con la discriminación y que el esfuerzo es la mejor baza para alcanzar sus propósitos.

El restaurante Eagle del Golf de Bendinat fue el marco escogido para el desayuno en el que estuvieron presentes Rosa María Regi, presidenta de Quirónsalud en Balears; Margalida Ramis, directora general de Grupotel Hotels & Resorts; Maria Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM); Magda Pons-Quintana, directora de la empresa menorquina Pons Quintana; Marta Seguí, directora de Expansión de Skalop; Isabel Guarch, propietaria de la joyería Isabel Guach; Marga Coll, cocinera y propietaria del restaurante Miceli, y Catalina Aguiló, copropietaria de Viajes Kontiki y presidenta de Mallorca Sense Fam. Por parte del Grup Serra asistieron la presidenta, Carmen Serra; la directora de Audiovisuales y editora de El Económico, Paula Serra; el director de El Económico, Pep Verger; y Pilar Lillo y Aina Ginard, redactoras del semanario salmón.

Las empresarias consideran que la disponibilidad y la decisión personal de cada trabajador o trabajadora es lo que marca el nivel de salario que adquiera, tanto si son hombres como si son mujeres.

Marga Coll abrió hace seis años el restaurante Miceli de Selva, tras casi catorce años trabajando en Amadip Esment. “Me siento muy afortunada porque me dedico a lo que más me gusta, trabajo muchísimo y duermo poco. En la restauración es muy complicado llevar una vida familiar normal por los horarios: trabajamos los días que los niños no tienen clase, y cuando los otros tienen vacaciones, pero a mí me compensa. Las mujeres tenemos una gran capacidad de adaptación y solemos conseguir lo que nos proponemos”, mencionó.

“Yo no viví el tema del machismo en casa. Mi padre murió a los siete años y mi madre hizo de padre y de madre. Me educó en que yo tenía que ganármelo, y que yo podía, y venga y venga, y a los diez años gané dos becas para poder cursar el Bachillerato. No he tenido nunca ninguna dificultad con los hombres ni en la clínica ni el Ministerio para negociar, y he pasado crisis, he discutido y he tenido hijos. Nos tenemos que hacer valer con esfuerzo y con constancia. El problema es si se ha vivido en una familia donde no se podía llevar un negocio por ser mujer, esto se tiene que corregir desde ya”, aseveró Rosa María Regi.

En cambio, Catalina Aguiló vivió otra experiencia. Trabaja desde los 22 años en el sector turístico. Con su socio Pedro Iriondo fundaron Viajes Kontiki, que ha cumplido 40 años. “Yo he tenido que luchar con los hoteleros, que eran mayoritariamente hombres, y no ha sido nada fácil. La mentalidad era muy machista y no me tomaban en serio. Tuve que reivindicar lo que yo quería para mi empresa. Actualmente la compañía va bien, hemos hecho una expansión importante. Casi toda la plantilla son mujeres en nuestra empresa. La mujer ha avanzado a pasos agigantados. Creo en ella y reivindico todos sus derechos. Y también creo que las que podemos, tenemos que hablar para las que no tienen voz”, manifestó.

“Nunca me he sentido diferentemente tratada por ser mujer, pero creo que tiene que existir la reivindicación porque a lo mejor no todas las mujeres son tan afortunadas como nosotras de haber vivido en una familia en la que te han dado una oportunidad”, explica Margalida Ramis, mientras añade que “tenemos que hacer nuestro día a día porque en una mesa de hombres ellos nunca hablarían de la conciliación familiar”.

Isabel Guarch lleva la gestión de la empresa familiar fundada hace 50 años. El 100% de su plantilla son mujeres. “Es una cuestión de prioridades y también de educación. Todavía tenemos inculcado que las madres tenemos que hacernos cargo de los hijos, de la casa y también trabajar. Es necesario cambiar el chip y que nosotras mismas cambiemos nuestra actitud de cara a la sociedad”, reivindicó.

Magda Pons-Quintana comentó que el 50% de su plantilla son mujeres. “He sido doce años la presidenta de la Cámara de Comercio y siempre he estado rodeada de hombres. Entiendo muy bien a las mujeres y sé que no podremos ser nunca iguales que ellos, pero hoy en día hemos tenido las mismas oportunidades de prepararnos, y si una mujer vale, tiene las mismas oportunidades. Dicho esto, es una tristeza que todavía no haya tantas mujeres directivas al mismo nivel del hombre. Creo que tenemos que luchar mucho, pero cada día estamos más cerca porque hemos demostrado que valemos”.

Skalop nació hace 23 años. Marta Seguí es una de las tres hermanas que dirigen el negocio familiar. El 85% de los empleados son mujeres. “Las mujeres son más responsables y se implican más”, indicó. “Mi padre abrió la empresa pero tenía otra, de estructuras metálicas, que por culpa de la crisis cerró. Él no nos preparó para llevar la empresa centenaria porque decía que era un mundo de hombres, pero sí que en Skalop nos implicamos de lleno”.

“Todos, hombres y mujeres, tenemos la misma formación y las mismas oportunidades, pero luego tenemos que tomar decisiones importantes durante nuestra vida”, opina Maria Frontera.

LA CONCILIACIÓN, VITAL. Para contribuir a la igualdad, las empresarias consideran fundamental que las guarderías extiendan su horario, especialmente las públicas, y que permanezcan abiertas también en fin de semana.

“Por mi experiencia, tener ayuda para poder conciliar cuesta mucho dinero y si no tienes un buen sueldo, te planteas incluso dejar el trabajo. Ganas la satisfacción personal de trabajar, pero si te cuesta más llevarlos a la guardería, te lo planteas”, señaló Marga Coll. “Y las abuelas ya no están porque también trabajan”, añadió.

“En perfiles más administrativos, es muy fácil conciliar. Porque las mujeres si pueden conciliar están más tranquilas y rinden más”, explicó Catalina Aguiló. “La reducción de jornada no siempre les interesa a los padres porque se reduce la nómina”, matizó Marta Seguí. “No hablamos solo de reducciones sino de conciliar horarios. Estamos abiertos a que cada uno adapte su situación dentro de las posibilidades, porque no es lo mismo estar en unas oficinas que en atención al cliente, donde tienes que cubrir horarios”, manifestó Margalida Ramis.

“En nuestro hotel, entre todo el equipo se adaptan y ellos mismos organizan sus horarios, no viene determinado de arriba”, explicó Maria Frontera.

Para Rosa María Regi, “los hospitales funcionan 24 horas 365 días al año. Y es muy importante el departamento de Recursos Humanos para poder personalizar cada caso. En cambio, las excedencias largas no convienen en la sanidad porque tras dos años les cuesta más volver”.

“En la industria planificar la producción es difícil porque todas las personas con reducción de jornada quieren venir por las mañanas”, explica Magda Pons-Quintana.

NORMALIDAD. El debate sobre el Día Internacional de la Mujer no fue el único que centró el interés de las participantes. Los problemas más habituales en la gestión de una empresa estuvieron también sobre la mesa.

Según Maria Frontera, los hoteleros esperan una temporada turística similar a la de 2017, aunque algunos clientes se desviarán a Egipto, Turquía o Túnez. “Tenemos que recordar al Govern que hemos apostado por aumentar la calidad y no la cantidad, pero es muy difícil explicar que se ha doblado el impuesto turístico”, indica. Margalida Ramis, en el mismo sentido, explicó que “están dedicando recursos a cuestiones que tendrían que haberse resuelto con impuestos que ya pagábamos como el canon de saneamiento, lo que demuestra la ineficacia total del sistema. Tenemos que exigir más responsabilidades a los políticos”, reivindicó. Catalina Aguiló mencionó la saturación: “Mis clientes, que son touroperadores de Inglaterra y Alemania, tienen la sensación de que Mallorca está masificada. Hay un divorcio entre las empresas y los gobiernos. Año tras año han llegado más turistas y no se han actualizado las infraestructuras”.

En la industria, Pons-Quintana apuntó que “vendemos a todo el mundo y fabricar en Menorca es una lucha. La crisis ha sido larga y ahora la gente viaja más y gastan menos en ropa y calzado. Estamos contentos de que vengan turistas de calidad para que compren zapatos, y tenemos el mercado repartido para salir adelante. En cuanto a mercados, vendemos un 70% fuera y crece mucho el mercado italiano”. Por su parte, Isabel Guarch manifestó: “A mí nadie me había enseñado a salir de una crisis, pero nos ha dado una gran experiencia. El turismo es lo que nos aguanta”.

Marta Seguí reclamó que la hostelería y la restauración deberían tener dos convenios diferentes. Explicó, además, que están en pleno proceso de expansión.

Marga Coll apuntó que la gastronomía vive un buen momento. “Queremos ser un destino gastronómico y creo que lo conseguiremos”, y añadió que muchos de sus clientes reservan los restaurantes antes que el hotel.

“En Balears somos una gran empresa de servicios, no solo los hoteles, sino desde el pequeño comercio a la sanidad. Durante años nos dormimos y creo que los políticos no nos lo arreglarán. Tenemos que ponernos las pilas. La fuerza que tenemos está en dar muy buenos servicios, hacerlo mejor cada día y sonreír”, concluyó Rosa Regi.