Flor d’Ametler es hoy el buque insignia de Tot Herba, una empresa familiar de productos de belleza e higiene. | Redacción Digital

La belleza de los almendros en flor se puede almacenar en frasco. Miquel Àngel Benito ha recibido el legado iniciado por Bernat Vallori con Flor d’Ametler, ‘el perfume de Mallorca’. Pero la conocida marca es solo un producto más de Tot Herba, una empresa familiar dedicada la fabricación de productos naturales de belleza, higiene y salud.

La filosofía de Miquel Àngel Benito, de amor por la naturaleza y el entorno, se extiende a todas las facetas de su vida y contagia las ganas de aprender y de divulgar el conocimiento. Fundó Tot Herba en 1976, impulsado por el farmacéutico Antoni Gamundí, “una persona que combinaba la ciencia y la técnica con el humanismo, como los clásicos”. Con él aprendió botánica, farmacopea -recetas- y farmacognosia -estudia los principios activos de origen natural-, hasta que un buen día le dijo que no volviera más por su laboratorio y que hiciera su propio camino.

Ayudado por el farmacéutico, y también gracias a los conocimientos de empresa y contabilidad que le transmitió su padre, Enric Benito, fue sacando los primeros productos y ampliando la gama de manera progresiva. El denominador común es que sean naturales y procedentes de plantas de Mallorca. La fábrica se encuentra en el Pont d’Inca casi desde sus inicios.

De este modo, hoy cuentan con una variada producción de geles, champús, cremas y aceites capilares, corporales y faciales, además del conocido perfume. Sus materias primas son plantas locales, como el romero -líder en venta por sus propiedades antiinflamatorias-, la lavanda, la caléndula, la hierba de San Juan, la mata, la miel, el aloe, la manzanilla y la almendra, de la que hacen crema, aceite, leche y gel.

FLOR D’AMETLER. Ya con el negocio consolidado, a Miquel Àngel Benito le surgió la oportunidad de introducirse en el mundo de los perfumes, ya que la descendencia de Bernat Vallori, fundador de Flor d’Ametler, no quería continuar con el negocio. “Le dije que aceptaba pero con una condición: me tenía que enseñar todo lo que sabía de perfumería, y no quedarse nada”, recuerda, y hoy está seguro de que fue así. “Bernat era una persona muy erudita, un apasionado de la botánica y con un gran conocimiento. De hecho, no se desconectó nunca de la empresa. No había semana en que no viniera”, añade.

La marca Flor d’Ametler también evolucionó, ya que además del perfume clásico han sacado al mercado dos diferentes, Fresc y Desig, pero todos con la base de la flor de almendro.

El proceso de fabricación es largo y laborioso. Primero se recogen las flores con una media poda, y se dejan macerar en alcohol como mínimo durante dos años, tiempo durante el que desprenden su aroma. La siguiente parte del proceso es añadir otras fragancias para equilibrar el perfume. Seguidamente, se seleccionan las flores que han quedado intactas, se rellena el frasco con el líquido y se añade la flor, el símbolo de la marca.

De momento, el negocio de Tot Herba continuará en la familia Benito, ya que los hijos de Miquel Àngel trabajan en la empresa, Enric en administración e imagen y Verònica en logística. La plantilla es de cinco trabajadores y trabajan mucho la colaboración entre empresas. Por lo que respecta a la creación de fragancias, se encarga directamente Miquel Àngel y asegura que tanto Verònica como su nieto tienen muy buen olfato y que les está enseñando.

El camino de Flor d’Ametler no ha sido fácil. Después de una crisis que les afectó profundamente, en 2013 llegó una nueva normativa europea sobre fabricación de cosméticos con estrictos protocolos de seguridad e higiene que les supuso un golpe incluso mucho mayor que la recesión económica. Se plantearon cerrar pero finalmente llevaron a cabo las reformas y reestructuraciones necesarias para continuar abiertos. Eso sí, con una profunda decepción porque “tratan igual a las empresas casi artesanales como la nuestra que a las multinacionales”.

CICLO DE PRODUCCIÓN. La producción de Tot Herba, como no puede ser de otro modo, está sujeta a los ciclos y temporadas del campo. Para ellos el año empieza a finales de enero con la recogida de flores y las visitas de turistas interesados en el tema, que “cada vez son más”. Por ejemplo, cada año tienen un grupo de japoneses.

Cuentan con decenas de hectáreas de árboles que van a distintos ritmos, unos más primerizos y otros más tardíos, para poder escalonar las podas hasta finales de marzo o principios de abril. Dejan la maceración preparada y después comienza la producción de cremas, geles, champús y acietes de expresión -que se obtienen por prensado, como el de almendra-, ya que es en verano cuando se venden más. En agosto prefieren no producir a pesar de tener la nave climatizada, por lo que organizan la siguiente temporada y trabajan en las estrategias de futuro. Llegado septiembre, siguen las destilaciones -arrastre por vapor de los aceites esenciales de las plantas- y el resto de producción.

La empresa está preparada para las visitas de grupos tanto de adultos como escolares. Para ello han creado una ruta con contenidos didácticos sobre las plantas de Mallorca, los distintos procesos de elaboración de perfumes y la gran variedad de productos y gastronomía mallorquina relacionados con la almendra. Ofrecen una breve explicación de la empresa con vídeos y diapositivas y ejercicios para resolver al final de la visita para niños.

En cuanto a la comercialización, Benito indica que los turistas son los que más valoran el perfume, mientras que Tot Herba se distribuye en toda España y “cada vez está más valorado”.

“Tenemos la ventaja de que actualmente el producto local está en auge y nosotros cumplimos porque lo fabricamos aquí, no solo le ponemos la marca”, resalta. Los productos de Tot Herba se pueden encontrar en herbolarios, tiendas de dietética y farmacias sobre todo de zonas de costa.

Y respecto al perfume, quien lo valora más es el turista francés pero venden más a los alemanes por cuestión de cantidad, indica el perfumista.

FUTURO. Las líneas estratégicas de futuro pasan por seguir compitiendo en producto de calidad y kilómetro cero y seguir innovando. Por ejemplo, ahora están trabajando en colaboraciones con productores de miel.

La sostenibilidad y la responsabilidad social empresarial son principios esenciales de la empresa aplicados a los trabajadores, el medio ambiente y la sociedad. Por ejemplo, Benito explica que fueron la primera pequeña empresa que contrató a un trabajador con síndrome de Down, “porque creo en la integración”. En el campo, la media poda les permite volver cada año a los mismos almedros que rebrotan a un ritmo equilibrado. En materia de envases están estudiando la introducción del doypack, bolsas más sostenibles que se utilizan para rellenar otro envase. Y su política de imagen es no sexista. “Igual que el vino, el perfume no se compra por quien lo anuncia”, concluye Benito.