Partiendo del interesante estudio de Aina Ginard en El Económico nº 101 (“Balears: los ricos del sur de Europa”), donde analizaba todas la regiones de la UE 28 de 2013 por su PIB per cápita (con paridad de poder adquisitivo) y situaba a Balears en el nivel 99% sobre 100% de media de la UE 28 con 26.200 euros/año, quisiera completar esta información con una inédita referencia comparativa: nuestras islas turísticas competidoras.
El resultado es que Balears también son las islas más ricas. Córcega (Francia) con nivel 89% y 23.800 €/año per cápita sería la segunda, seguida de Chipre (Estado) con 88% y 23.600 €, de Malta (Estado) con 86% y 23.000 €, de Cerdeña (Italia) con 69% y 18.500 €, de Sicilia (Italia) con 61% y 16.100 €, y Creta (Grecia) con 63% y 16.700 €. Las otras numerosas regiones insulares griegas se sitúan en distintos niveles desde el más alto del sur del Egeo con 76% y 20.300 € (por encima de Creta), hasta el más bajo del norte del Egeo con 57% y 15.300 €, pasando por las Islas Jónicas con 68% y 18.100 €. Y la región adriática de Croacia (básicamente insular) tiene un 58% y 15.400 €.
Casi todas estas regiones competidoras insulares (sin Malta y Chipre) se sitúan por debajo de la media de su país respectivo. Así, Córcega frente a la media del 107% y 28.400 € de Francia; Cerdeña y Sicilia frente al 99% y 26.300 € de Italia; Creta y las regiones insulares griegas (excepto el sur del Egeo con 76%) frente al 73% y 19.400 € de Grecia, y la región adriática de Croacia frente al 61% y 16.100 € de Croacia. Sin embargo, Balears (99%) está sobre la media de España del 94% y 25.000 €.
La actual hegemonía turística y económica de Balears en el Mediterráneo insular es un hecho insólito cuando se repasan datos de la historia económica europea. A partir de los años 50, el inicio del fuerte desarrollo turístico marcó esta nueva etapa, lo que es un estímulo para continuar con un modelo turístico realmente efectivo, aunque a menudo criticado. Sin duda la clave de tal liderazgo ha sido el factor humano, desde empresarios y trabajadores, hasta la amistosa actitud de la población. Y también la accesibilidad por vía aérea gracias a la iniciativa de los TT.OO. La reflexión que inspira este logro tan positivo de Balears es prestar la máxima atención a: medio ambiente y paisaje; calidad de vida y bienestar social; accesibilidad y seguridad; hospitalidad y educación, y competitividad turística.
Además, el turista de Balears es básicamente un repetidor que no espera encontrar grandes cambios en las modernas infraestructuras. A pesar de ello, algunos políticos se han empeñado en construir grandes proyectos megalómanos (sobre todo en Palma) para “atraer turismo”, que ni siquiera se justifican como ideas para mejorar la estacionalidad. El axioma de una economía industrial es que “no crecer” es entrar en decadencia, pero en una economía turística sería “no desarrollarse” es entrar en decadencia, algo muy diferente.
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