—Es la primera vez que actúa en Las Dalias aunque ya estuvo en el festival Sueños de libertad. ¿Cómo se presenta el concierto?
—Pues si te digo la verdad no sé muy bien cómo va a salir. No soy muy de preparar las actuaciones sino de ir viendo cómo se presenta sobre la marcha. Lo que sí tengo claro es que nos lo vamos a pasar muy bien porque amigos que han actuado en Las Dalias me han dicho que tiene un ambiente especial.
—¿Qué va a interpretar?
—Un poco de todo. Cantaré temas de mi nuevo disco en solitario pero también canciones de El bicho. Ten en cuenta que fueron diez años y cuatro discos con ellos y de ahí han salido temas muy interesantes.
—¿Es cierto que canta al optimismo en su disco Agua, pan, amor y vino?
—Puede ser, pero también canto a la libertad porque aunque mucha gente no se de cuenta seguimos sin ser libres. Y viendo como está el tema creo que daría para escribir no un disco sino una enciclopedia.
—¿Cómo le va la carrera en solitario?
—Pues va funcionando que no es poco viendo como está la industria y la cultura actualmente. Afortunadamente la cabeza me sigue funcionando para hacer canciones nuevas.
—¿No le dolió dejar El bicho?
—Claro pero fue una decisión que tomamos entre todos porque necesitábamos un descanso. Fue un período muy bonito pero necesitábamos descansar.
—Entonces hay vida más allá de El bicho.
—Por supuesto. El sol sale cada mañana y tú te levantas cada día. Fue una decisión muy meditada y desgraciadamente no hemos sabido encontrar el momento ni las fuerzas adecuadas para volvernos a juntar.
—La industria de la música no pasa por su mejor momento... ¿Cómo ha conseguido seguir al pie del cañón durante todo este tiempo?
—Trabajando mucho y gracias a un público muy fiel. Los chatarreros me dan la vida. Por eso siempre digo que más que un superviviente soy un privilegiado por poder seguir trabajando en lo que me gusta y además gustar a la gente.
—¿Qué le da a su gente?
—Eso me pregunto yo (risas). Mejor pregúntaselo a ellos porque yo tampoco entiendo nuestro éxito (risas).
—Los últimos discos los has sacado en autoedición. ¿Tan mal está el tema?
—Sí. Es una pena pero sí. El disco lo he grabado yo en casa, en el estudio de la Chatarreria que antes era un antiguo establo porque al final es la única manera de que te pueda salir rentable. Con todo el tema de las descargas y la piratería el que tiene que recurrir a un gran estudio está perdido. Yo afortunadamente eso es algo que ahorro y además me da más libertad.
—Con todo lo que ha vivido, ¿cómo ha hecho para sobrevivir?
—Creo que reciclándome constantemente aunque no es fácil. Encontrar la fórmula no es sencillo sobre todo porque yo no tengo el poder que tienen algunas multinacionales para avisar al señor Youtube o al señor Spotify para controlar las descargas o los vídeos musicales. Además, actualmente no sale rentable grabar un disco porque no se vende.
—Además está el IVA cultural. ¿Hay un ataque a la cultura?
—No sé si tanto aunque sí se ha notado en los últimos tiempos una avalancha anticultural y creo que afortunadamente hemos sobrevivido como hemos podido. Y eso es porque aunque algunos no quieran darse cuenta se sigue escuchando música, se sigue viendo cine o teatro y se siguen leyendo libros.
—Entonces, ¿qué consejo le daría a los jóvenes que se inspiran en usted?
—La verdad que no soy muy de dar consejos porque no soy nadie especial ni tiene que gustarte lo mismo que a mí. Pero siempre he creído que hay que trabajar en algo que te guste y te llene, en todos los ámbitos de la vida, no sólo la música. Hay que hacer las cosas porque crees en ellas y no dejándose guiar por las modas. Si estás contento contigo mismo seguro que te va a ir bien y vas a disfrutar de la vida.
—La última. ¿Es cierto que escribe sus canciones a mano?
—(Risas). La letra sí. Utilizo todo lo que tengo mano y por eso tengo llenas las libretas. Incluso en ocasiones escribo en las paredes y en las estanterías (risas).
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