Arturo Valls y Fran Zornoza, en el momento en que el concursante se planta.

Cuando le preguntaron por un roquero español que ganó la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2016 y no supo acertar que se trataba de Loquillo, Fran Zornoza, nacido en Pinseque (Zaragoza) y residente en Ibiza, perdió su comodín y parecía que no le quedaba mucho en el programa ‘Ahora caigo', de Antena 3. Nada más lejos de la realidad. El camarero de Guaraná, en ses Salines, comenzó su remontada particular para ir eliminado rivales y plantarse a una pregunta de los 100.000 euros. Fue entonces cuando tuvo que decidir si conformarse con los 16.002 que llevaba acumulados o jugársela en busca del premio gordo. Viajar a Las Vegas con su familia pesó demasiado entonces e hizo caso al refranero español, ése que apunta que más vale pájaro en mano que ciento volando.

El maño fue protagonista del programa televisivo del jueves pasado. Su presentación no dejó a nadie indiferente. Tras dar a conocer que en su pueblo todos tienen motes, especialmente de animales, comenzaron las bromas con Arturo Valls, presentador del espacio. Y siguieron cuando descubrió que su concursante es conocido como El Feorrín y su padre, como El Feorro. «¿Por qué le llaman así?», cuestión el director de orquesta, a lo que este ibicenco de adopción contestó: «Pues será porque es muy feo». Tras un buen rato de risas, Valls le invitó a «tener suerte» y no meterse «como una bola en el agujero». Estuvo ingenioso.

Fran, estudiante de Ingeniería Civil y amante del billar, el cual practica cuando puede en el Café-Bar Ilusions Pool del Parque de La Paz, llegó al programa de rebote. «La idea de participar y el casting fueron una sorpresa que le quería hacer a un amigo, Jorge Lafarga, pero al final el que salió elegido fui yo», recordó. Fran comentó cómo fue el sistema de elección: «El casting consiste en dos entrevistas ante una cámara, de la misma forma en la que te presentas en el programa: nombre, aficiones, etcétera. También hay un examen de cultural general».

Preguntado sobre si se arrepiente de no haber luchado por los 100.000 euros, señaló: «Con una pregunta para los 100.000 euros y un comodín, estaba asequible llevármelos, pero conocía un poco al contrincante y era un señor con experiencia y tablas. Era mejor asegurar los 16.000, que me da para ir con mi familia a Las Vegas». Allí jugó en una ocasión el denominado Mundial amateur de billar y, años después, quiere volver con sus padres al escenario ideal para practicar su principal pasión: el pool.