El polifacético artista nacido en Palencia, Jesús de Miguel, en una fotografía de archivo.

El espacio cultural Es Polvorí que tiene la Fundació Baleària junto al Baluard de Santa Llúcia de Dalt Vila inauguró el pasado jueves 5 de enero una exposición de pinturas del artista Jesús de Miguel que podrá contemplarse hasta el próximo 29 de enero.

De Miguel (Palencia, 1975) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca en la especialidad de pintura y realizó un master en animación y diseño 3D en la Escuela Superior de Imagen y Sonido CES de Madrid. Sin embargo no fue hasta 1994 cuando empezó a despegar su faceta artística al realizar diferentes exposiciones, tanto colectivas como individuales, en diferentes lugares de España como Madrid, Salamanca o Ibiza, y del extranjero como las ciudades alemanas de Berlín o Dusseldorf. Y todo esto compaginado con su faceta como músico, diseñador gráfico y colaborador en diversos medios audiovisuales.

13 obras de varios formatos

En esta exposición presenta 13 obras de varios formatos utilizando diversas técnicas como el acrílico, óleos o esmaltes. Son cuadros de varias series, una de ellas basada en el expresionismo abstracto americano, utilizando expresivos trazos sobre fondos negros. De Miguel aseguró a este periódico que ha recibido influencias de muchos artistas «como Antonio Saura, el pintor norteamericano Cy Twombly o el pintor y escultor francés Jean Philippe Arthur Dubuffet. En sus últimas obras, nos confiesa, está intentando limpiar algo, acercándose a alguna cosa, aunque todavía no puede definir qué.

Para ello, el artista palentino utiliza grafismos que recuerdan a las pinturas rupestres. No en vano De Miguel asegura que le gusta «jugar con cosas no establecidas» ya que como confirmó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que «el artista no debe quedarse con los parámetros».

Actualmente y mientras expone su obra en Es Polvorí hasta el 20 de enero, Jesús de Miguel está trabajando en un proyecto de sonido con sintetizadores, en el que busca el ruido «dentro de la tecnología y el error humano», usando, según sus palabras, «el mismo proceso creativo que en la pintura, es decir, buscando una imagen más cruda y menos estética».