Construir es un juego de niños

Catorce niños de entre 6 y 12 años son los protagonistas de este curso, que pretende ser, según explica Sànchez, «un punto de encuentro de los niños con el mundo de la arquitectura». Para conseguirlo, los alumnos harán «un repaso de los aspectos fundamentales de la arquitectura basándose en la experimentación y el juego» para, de este modo, «aprender conceptos que nos ayudarán a entender mejor el mundo que nos rodea».

A lo largo de la mañana, la inclinada sala Broner fue testigo de cómo diversas estructuras iban levantándose para convertirse en la primeras construcciones del curso. Los niños daban rienda suelta a su ingenio para conseguir, con la ayuda de la responsable del curso, que sus ‘viviendas' se mantuvieran en pie.