La Policía Nacional recuperó ayer miércoles el Códice Calixtino, desaparecido desde el 5 de julio de 2011, después de que el martes fueran detenidas cuatro personas, un exelectricista de la Catedral compostelana, su mujer e hijo, y la pareja de éste. El libro ha sido hallado en uno de los registros efectuados, oculto en una bolsa de plástico en un trastero de Milladoiro (La Coruña).
Además de los ocho facsímiles del Códice Calixtino, la Policía Nacional ha localizado 1,2 millones de euros y otros libros religiosos procedentes de la Catedral de Santiago, en los registros de cuatro domicilios relacionados con los detenidos por la desaparición del Códice.
Dichos registros han tenido lugar en garajes y trasteros en Santiago, O Milladoiro y Negreira (A Coruña) y en O Grove (Pontevedra), y se prolongaron hasta las 04,30 horas de la madrugada de ayer miércoles, después de que fueran detenidas el martes cuatro personas en relación con la desaparición del Códice Calixtino.
Finalmente, el Códice desaparecido, considerado la primera guía medieval del peregrino del Camino de Santiago, datado en el siglo XII, se ha encontrado en un garaje empleado como trastero en el edificio número 5 de la calle Da Cruxa, en Milladoiro, a 48 horas de que hoy jueves se cumpliera un año de la desaparición de la joya bibliográfica.
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, y el deán de la Catedral de la ciudad, José María Díaz, confirmaron la autenticidad del Códice y se mostraron «muy contentos» y «satisfechos» por el hallazgo. Ambas autoridades catedralicias agradecieron el trabajo policial para recuperarlo.
Después de su identificación, la Policía Nacional se llevó custodiado el Códice Calixtino, envuelto en una toalla blanca, y hasta el viernes no regresará a la Catedral compostelana.
De misa diaria
El principal detenido es un electricista, extrabajador de la Catedral que continuó yendo a la Catedral diariamente y participando en la primera misa de la mañana tras ser despedido como empleado del templo.
Después más de 25 años como trabajador autónomo en la Catedral, el presunto autor del robo fue despedido por falsificar un documento laboral para simular ser un empleado fijo contratado por el principal templo compostelano, tras lo que llegó a reclamar a la Catedral hasta 40.000 euros por despido improcedente.
El ser despedido en una regularización de empleo alimentaría la tesis del robo por venganza, aunque las investigaciones prosiguen por parte de la Brigada de Patrimonio de la Comisaría Central de la Policía Nacional.
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