—¿Qué tiene el jazz que no deja a nadie indiferente?
—(Risas) Que es un estilo totalmente imprevisible. Creo que lo que gusta a la gente es que no se suelen tocar dos temas iguales dos veces seguidas. Sólo hay que recordar actuaciones memorables en las que grandes del jazz decidieron improvisar en el momento.
—¿Es por eso que no hay dos conciertos de jazz iguales?
—Sí, porque cada artista intenta no copiar nada del que tiene al lado. Por eso, aunque hay unas bases fijas nunca sabes lo que te vas a encontrar en un concierto.
—Entonces, en el de hoy de Santa Eulària ¿qué se podrá escuchar?
—(Risas) Pues temas de distintos géneros dentro de lo que es una big band de jazz.
—¿Es, entonces, para todos los públicos?
—Sí. Haremos swing para los más clásicos, funky para los más modernos y también temas latinos que pertenecen al latin jazz como Oye como va, que ha hecho mundialmente conocido Santana, pero adaptada para una banda como la nuestra. Además tendremos sorpresas como una versión con arreglos míos de la canción Entre dos aguas de Paco de Lucía y otra del Adagio del Concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo.
—Entonces, los asistentes podrá disfrutar de temas únicos...
—Sí. Normalmente cada big band tiene sus arreglos propios y estos pertenecen únicamente a la nuestra de Eivissa.
—Y del repertorio, ¿qué es lo que más suele gustar?
—Pues, como popularmente se dice, va por barrios. Es difícil gustar a todo el mundo y por eso intentamos abarcar un público muy extenso. Algunos prefieren el swing porque se acuerdan del tema On the move y les encanta verlo interpretado con 18 músicos encima del escenario mientras que otros prefieren la parte latina porque les gusta más mover el esqueleto. Ya sabes, para gustos los colores.
—La Eivissa Jazz Big Band lleva funcionando desde el 2006, ¿cómo se hace para llevar tanto tiempo en la brecha?
—Con mucho esfuerzo, y practicando y ensayando mucho para que nunca baje el nivel. Somos 18 músicos y nuestro secreto es escribir siempre todo lo que tocamos. Así, cada uno tiene un papel muy definido dentro de la banda y conseguimos que todo funcione perfectamente.
—¿A ustedes les afecta la crisis?
—(Risas) Yo quiero ser positivo pero hay que reconocer que nos está afectando económicamente. Los recortes de las administraciones públicas siempre acaban dañando a la cultura y a la música y nosotros no somos una excepción. Normalmente siempre hemos dependido mucho de las contrataciones públicas y ahora que no hay dinero, de seis años aquí, tenemos la mitad de conciertos contratados en un año.
—¿La salud del jazz en Eivissa como está?
—Pues se mantiene relativamente bien, sobre todo a nivel de pequeños eventos con tríos o cuartetos. En Eivissa siempre ha gustado mucho el jazz y esto al final nos ayuda a todos.
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