Los poemas, compuestos en los últimos dos años, tratan de reflejar, según el propio Riera, «el momento de espera antes de la luz». Esa inquietud, ese tiempo de espera, es fruto de diferentes experiencias personales que llevaron al autor a profundizar en ellas y plasmarlas finalmente en un libro. «El hecho de esta espera hizo que adquiriera una actitud más contemplativa y reflexiva ante mi entorno, ante las cosas que hizo que le diera más importancia y la trascendencia que se merecen a muchos detalles», aseguraba Riera.
Aprendizaje
El poeta afirma que estos momentos de incertidumbre y la sensación de vacío han supuesto para él, en cierta medida, un aprendizaje que ha dado como resultado una poesía, según él «más madura y narrativa». Pese a que esta fue la chispa trascendente la que inició este poemario, en su interior hay cabida para otro tipo de poemas de carácter más optimista y cotidiano, como los que dedica a sus amigos, como reza la dedicatoria: «A los amigos que me guiaron antes de la luz».
Mientras que su anterior libro reflejaba un diálogo fruto del amor y por lo tanto tenía una voluntad de exteriorizar, en este caso el foco de la mirada se dirige hacia el interior y se diversifica. «Con este libro veo una evolución en mi poesía», subraya Riera que añade que, en este libro, ha intentado «madurar los poemas».
Asimismo, ha variado la manera en que se transmite el mensaje de cada composición. Mientras que En brazos de la ausencia ofrecía una serie de versos cortos y directos, en Anteluz, Riera ha optado por aumentar deliberadamente la extensión de los versos, otorgándoles una naturaleza más narrativa.
El segundo libro del ibicenco en castellano, tras Mar de silencis y Mínim equipatge, ambos en catalán, ha sido recomendado por la Asociación Española de Editores de Poesía. «El hecho de leer más poesía en castellano, hace que me sienta más cómodo escribiendo en este idioma», afirma Riera, que tiene un libro inédito de poesía en catalán que está pendiente de su publicación.
Fragmentos de reflexión
Mario Riera estudió psicología y afirma que, para él, escribir poesía es una manera de reflejar su propia biografía y las experiencias que le suceden en su vida cotidiana. «Para mí ese es el sentido que tiene escribir y no pretendo nada más allá de expresar lo que tengo de la manera más bella posible», asegura pese a que es consciente de que el empeño por la perfección se queda simplemente en eso, en la voluntad constante porque eso suceda. «Menos mal que no se puede escribir el poema perfecto porque eso haría que se perdiera la esencia de la búsqueda», apunta Riera antes de destacar: «Mi objetivo es ser cada vez mejor poeta y sentirme bien con lo que escribo».
El sentimiento de espera al que se refiere el autor queda reflejado a la perfección en el poema titulado Celebración, que aparece reproducido en la contraportada: Hace ya algún tiempo/ que la botella de cava selecto/ espera pacientemente en la nevera./ El motivo de celebración no llega/ así que cualquier día de estos/ (antes de que pierda su bouquet)/ lo descorcho para celebrar/ que ya estamos muertos./
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