Chamberlain, nacido el 16 de abril de 1927 en Rochester (Indiana), falleció el miércoles en Manhattan, indicó el mensaje publicado en la página web de la galería neoyorquina que le representaba desde este año.
«John Chamberlain puso su marca indeleble sobre la historia del arte en el siglo XX. Fue una figura espectacular que encapsuló la fiereza del arte estadounidense de mediados de siglo y no tuvo rival en su adaptación de materiales inverosímiles para sus esculturas», aseguró Larry Gagosian.
El marchante subrayó que la influencia del escultor «tendrá un largo alcance» y dijo su muerte es «una gran pérdida».
Según la galería Gagosian, Chamberlain fue un personaje a la altura de la expresividad y valentía de su obra que constantemente experimentó con nuevos materiales y procesos a lo largo de cinco décadas de carrera.
Protagonizó durante todo ese tiempo más de cien exposiciones en solitario en todo el mundo, desde la primera acogida por el Museo Guggenheim de Nueva York en 1971 hasta la última retrospectiva que la misma institución tiene previsto inaugurar sobre él en febrero de 2012.
El pasado mayo, su escultura de metal prensado «Nutcracker» (Cascanueces) fue vendida por la cantidad récord de 4,78 millones de dólares en una subasta de la casa Sotheby's en la Gran Manzana.
La pieza, elaborada en 1958, fue descrita como «un raro y temprano ejemplo del tipo de obras por las que el artista se hizo conocido en los años sesenta» y supone el precio más alto jamás pagado en una puja por una obra de Chamberlain.
«Nutcracker», que se adjudicó por cuatro veces más de calculado inicialmente (entre 1,2 y 1,8 millones de dólares), es una escultura elaborada con pedazos de metal, algunos pertenecientes a piezas de coches, que luce diversos colores como azul o granate, además de los tonos propios del metal oxidado.
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