El legado que se libró de las llamas

Cuando el artista sueco Ake Ehrenberg (Kristianstad, 1910) se encontraba en su lecho de muerte le hizo prometer a su esposa Carmen Boixados que ella se encargaría de quemar toda su obra. Su intención era liberarle de la pesada carga de gestionar su legado, que por aquel entonces estaba levantando muchas ambiciones. Afortunadamente, Boixados no fue capaz de cumplir su palabra y luchó para que la obra de su marido ocupara el lugar que ésta merecía, creando una fundación cultural que se encarga de gestionar y promocionar el trabajo de su marido.
Ahora, el Centre Cultural s'Alamera acoge parte de su obra, que será presentada mañana, a partir de las 20 horas en una exposición que ha organizado la Excelentísima Embajada de Suecia en España. La muestra del 'Van Gogh sueco' permanecerá abierta en este espacio expositivo de Vila hasta el 9 de octubre. Los comisarios de la muestra trasladarán a la Isla cerca de 60 obras pese a que, antes de viajar a la Isla, son conscientes de que tendrán que hacer una selección de las obras de medio formato que se colgarán en la sala.
Algunos de los cuadros que viajarán a Eivissa destacan por el alto precio de su traslado, pese a que los costes de organizar la muestra han corrido íntegramente a cargo de los comisarios, Abraham Gascón y Luciano Delgado. Entre las obras que se expondrán destacan varias piezas realizadas en papel de terciopelo, un material que no admite errores en los trazos.
Mundo figurativo
En esta exposición, el sueco recrea un mundo figurativo de paisajes, escenas taurinas, bodegones de flores y escenas ecuestres. Las técnicas para elaborar sus pinturas de caballete solían tener como base materiales simples como telas, aceite, tierras coloreadas, pigmentos minerales, etc. Los estadios iniciales de su creación muestran obras realizadas con mezclas complejas de pigmentos, con las que se obtienen colores muy trabajados, que reflejan la búsqueda por parte del pintor de la armonía cromática a través de gamas de colores quebrados. Poco a poco, el pintor optó por las imprimaciones, íntimamente relacionadas con el efecto estético del cuadro. Al igual que evolucionó su uso del color, también lo hicieron sus pinceladas. Aunque nunca abandonó el empaste como medio expresivo sí que varió la longitud, medio de aplicación, grosor y dirección de sus trazos. La muestra que abre sus puertas mañana por la tarde ofrece la posibilidad de contemplar, de forma directa, un ejemplo de todos estos periodos en los que el espectador tiene la posibilidad de adentrarse en el universo creativo del autor, en el que reflejó muchas de sus experiencias vitales. En unas palabras recogidas por los comisarios de esta exposición, el pintor aseguraba que en su idea del movimiento él quiso perfeccionar la que se inició con la corriente del futurismo en Italia. «Para representarlo se repite un objeto. En mi pintura he intentado expresarlo de otra forma.
Sus vínculos familiares en España llevaron al pintor y a su familia a pasar largas temporadas en nuestro país. El propio pintor reconoció en más de una ocasión que La Alpujarra granadina era su comarca favorita. La temática de su obra se divide en cuatro ejes temáticos: paisajes, flores, caballos, retratos y toros, demostrando así una enorme atracción por la cultura, las fiestas y las tradiciones españolas.