El próximo verano promete estar plagado de conciertos de Quin Delibat!, cuyo primer disco sale mañana a la venta, por diez euros. Parte de la banda formada por el cantante, Jordi Cardona; los guitarristas, Luis Escriche y Joan Torres Ripoll; el bajista, Jaume Alberti y el batería Joan Torres Cejudo reside en Barcelona, así que los ensayos serán limitados. Acostumbrados a esta dinámica, Jordi Cardona asegura que lo prefiere así, «te permite coger el concierto con más ganas porque, a veces, ensayar demasiado puede ser contraproducente». Su disco homónimo, que también estará parcialmente disponible a través de su página web y en diferentes plataformas digitales, en concordancia con los tiempos que corren, desprende elegantes melodías funky, pop, indie, con un tema que suena a jazz y sin perder el punto travieso del rock 'n' roll. Sus letras están cargadas de amor y desamor, de romanticismo y experiencias personales desde un punto de vista atrevido y transgresor.

-Creo que la gente se lo pasará muy bien en su directo...
-Es que esto era lo que nosotros queríamos, hacer música para pasarlo bien en los conciertos, no para grabar en un estudio sino para saltar y hacer el tonto. Hay temas que son para eso, como Nemun de festa, Es fantasma funky o Tot i més, que es uno de mis favoritos.

-¿Cómo surgen los nombres de las canciones?
-Les ponemos títulos a los temas cuando aún no tienen letra. S'home de s'habitació era Ennio Maricone, Joc brut era Elefante, Nemun de festa era Lalala, Tot i més era Skeber nights... Bueno, la idea inicial de esta última era hacer la letra en un idioma inventado, con palabras extrañas, que sonara como inglés pero que en realidad no significara nada. Queríamos hacer una canción freaky, de bareto nocturno porque, claro, nadie se entera de nada cuando está en un bar.

-¿Hay algún tema que ha salido a última hora en el local que había junto al estudio, justo antes de entrar a grabar?
-Nemun de festa, por ejemplo, que fue el último que grabamos. Teníamos cuatro acordes, yo empecé a cantar la melodía y, sin querer, salía 'La, la, la'. Joan Barbé [que ha producido el disco] nos animó y salió porque teníamos nueve temas y queríamos una cifra más redonda. Surgió en el último momento, super improvisado. Además, los coros y los recordings que hay de fondo en la última parte del tema surgieron durante la grabación.

-¿Cuánta gente se 'coló' en el estudio para grabar los 'La, la, la'?
-Están cantados por todo el grupo, Joan Barbé, Omar Gisbert y Xavi Ramón. Como ese día éramos muchos aprovechamos para grabar todos juntos y que quedara más hooligan (risas).

-¿Qué ocurrió grabando la guitarra acústica de No tornaré?
-Como nosotros tocamos rock 'n' roll y hacemos mucho ruido, a la hora de tocar un tema tan 'en pelotas' como No tornaré, tan natural y en plan elegante, nos cuesta. Porque, como nunca hemos tocado cosas de estas con feeling, con swing, costó darle ese toquecito de sentimiento. Incluso la tuvimos que hacer más rápida de lo que estaba previsto. El tema ha quedado ahí y Joan lo hace perfecto. Yo tenía mucho miedo con esta canción porque, para mí, a la hora de cantar no llegaba a estar cómodo y no sabía cómo interpretarlo. Ahora es uno de los temas que más me gustan. El crescendo del final está muy bien...

-Durante los ensayos, también salieron temas de la nada...
-Ese fue el caso de Es fantasma funky. Joan estaba tocando unos acordes y yo empecé a hacer una melodía, me fijé en que era muy pegadiza y nos decidimos a hacer el tema. Al principio cantaba toda la canción en falsete pero decidimos grabarla natural y meter algún falsete, algo que le da un toque muy Tony Manero.

-Además todos os colásteis en el estudio para grabar la percusión...
-Creo que Joan Barbé está tocando la papelera con unas baquetas, yo estoy con un instrumento de percusión que tiene bolitas dentro, un shaker, Luis está tocando una botella de cerveza...

-Vacía, por cierto...
-Joan Torres Ripoll una de ron, vacía también (risas). Fue un 'delibat', nunca mejor dicho. Todo está grabado en vídeo y algún día verá la luz.

-Divertido y, además, supone una progresión respecto a su otro grupo, Rock Garage...
-Sí, desde luego. Aunque me gustaría valorar la calidad de Rock Garage. Son proyectos que no tienen nada que ver. Creo que este disco nos ha hecho mejorar como músicos. Además, aún hay muchísimas posibilidades a explorar con Quin Delibat!, que nos ha permitido tocar muchos palos.

-¿Qué es lo que más destaca del sonido Quin Delibat!?
-Lo que me gusta es que creo que es lo único que hay en ibicenco o catalán de este estilo y nos permite diferenciarnos de otros grupos.