«Hay una gama muy extensa de actrices, de todas las edades», reconoce Antonio Cantos, el director de Monòlegs de la vagina, de la compañía Vagin al teatre. La obra de la autora norteamericana Even Ensler se representará hoy a las 21,30 horas en Can Ventosa, mañana a la misma hora en el Teatro España de Santa Eulària y, finalmente, el sábado a las 20 horas en la Sala municipal de cultura de Formentera. En ella participan las actrices, Andrea Molina, Àngels Martínez, Viky Roldán, Cristina Roig, Mª Dolors Corderas, Carla Chofre, Paula Ramos, Ana Linero, Nebu Ubén, Txaro Kandler y Carol Brest. «Respetamos los textos al máximo y hemos incluido los últimos monólogos que se han escrito este año», señalaba Cantos acerca de su obra, que se renueva y se amplía, año tras año y que destaca por su estilo sencillo y directo. El movimiento feminista iniciado por la autora se inició un V day (Día de San Valentín). Desde entonces, la obra ha salido de gira, se ha representado en todo el mundo y multitud de actrices de prestigio han participado en ella.
-La obra se basa en las entrevistas de la escritora Eve Ensler...
-Durante años habló con unas 300 mujeres sobre diferentes temas, tanto los que tenían que ver con la vagina específicamente como con otros aspectos de la sexualidad femenina. También habló con mujeres que habían sufrido malos tratos o charlaba sobre temas tabús como la masturbación, habló con mujeres que llevaban mucho tiempo sin tener sexo, etc.
-¿Qué se encontró?
-A veces daba con gente que se resistía a hablar en un principio, pero que luego no tenían ningún problema. Ella se dedicó a tomar nota de todo y sacar a la luz todas esas vidas.
-¿Hablar de la vagina sigue siendo ofensivo?
-La autora subraya el hecho de que no se hable de la vagina, de que siga siendo invisible y asegura que, quizás, si se respetara más la sociedad avanzaría mucho.
-¿Siempre se mantiene el tono humorístico?
-La obra narra historias realmente trágicas, pero incluso en esas escenas se muestran otros puntos de vista que te aportan una cierta dosis de optimismo. Es un abanico de sensaciones y de temas.
-¿Cuál es el papel del hombre en esta obra?
-Desde el punto de vista feminista, el hombre sale un poco mal parado (risas). Hemos intentado hablar desde muchos ángulos.
-¿Qué tipo de mujer se puede sentir identificada?
-Representa a una mujer progresista, incluso cuando en la obra hay un monólogo de una mujer muy clásica. Aún así, casi todos los personajes son mujeres progresistas que han dicho «basta ya» a que no se hable de la vagina, que siga siendo un tema tabú. Para mí esta obra es como el 'Día del Orgullo de la Mujer'.
-¿Cómo se plantea un director, hombre, este reto?
-Yo mismo me he enfrentado a mis propios tabúes y me he preguntado ¿por qué nunca he hablado de esto? ¿Por qué, como hombre, nunca se me ha hablado de estos temas? Parece que sólo son temas susceptibles de ser hablados entre mujeres o para la mujer, de madres a hijas. Esta obra hace que pienses por qué las mujeres han sido invisibles y qué pasaría si no lo hubiesen sido. Qué pasaría si las mujeres se sintieran orgullosas de sí mismas tal y como son y no tuviesen ningún tipo de miedo o vergüenza por serlo.
-¿Por qué la mujer ha permanecido en un segundo plano a lo largo de la historia?
-Muchos de los males de la sociedad actual contra la mujer parten de haber anulado la vagina, no sólo a nivel sexual sino a todos los niveles, como identidad, como ser humano, como vagina parlante, tal y como se dice en la obra. Este trabajo es un principio para hablar de ellas y para escuchar historias de mujeres. Es un espacio donde se comienza a trabajar sobre la identidad femenina tal y como es, sin vergüenza, miedo o dolor.
-¿En los 20 años que han transcurrido desde que Eve Ensler empezó a entrevistar a mujeres, ha cambiado la sociedad?
-Yo creo que sí. De hecho, ahora la respuesta ante el maltrato femenino es mucho más contundente que antes. La mujer cada vez está más visible en la sociedad, aunque creo que aún hay mucho por recorrer. La mujer ha trabajado muy duro por la igualdad y el respeto y se está consiguiendo, desde la educación, el cine... A veces me sorprende que un chaval de 15 ó 20 años hable como lo hacía mi abuelo. Es curioso que aún siga ese rechazo al poder que tiene la mujer, es un miedo ancestral. Las mujeres son muy poderosas.
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