Las 150 personas que acudieron el pasado martes al recital conjunto que ofrecieron Martina Lenton y Llorenç Prats Boscà en el Palau de Congressos pudieron comprobar que estos dos pianistas ibicencos de 18 años, que acaban de terminar el primer curso en el Conservatorio Superior de Salamanca, son ya, más que una sugerente promesa, una estimulante y reveladora realidad que puede llegar lejos.

En un mano a mano y con un bis al alimón con el magnífico steinway que compró el pasado año el Ayuntamiento de Santa Eulària, la velada convenció con creces a propios (familiares y amigos de los protagonistas) y extraños con un programa exigente y hermoso, desarrollado con brío, sensibilidad y entrega por ambas partes. Primero Martina, que interpretó la Sonata en Re mayor Hob. XVI/37 de Haydn; el Nocturno Op. 15 Nº 1 de Chopín, Variaciones en Do menor Wo 80 de Beethoven y Suite de danza criolla de Ginastera. Y segundo Llorenç, que tocó la Sonata en Mi mayor, Op. 31 Nº 3 de Beethoven, y los Impromptu 2 y 3 (Op. 36 y 51) de Chopin.

Insisto cada vez que comento un concierto en que uno no es crítico; por eso les pedí a nuestros expertos de cámara, Clara Costa y Adolfo Villalonga que asistieran a la velada, pues me interesaba dar a conocer la opinión de ambos; pero problemas de agenda les impidieron hacerlo. Sin embargo, supliendo mi carencia con la curiosidad periodística, pregunté a algunos profesores y músicos profesionales que acudieron a la cita, y todos ratificaron la impresión que me había dejado la velada, similar a la del público asistente, que tuvo a bien pagar los 6 euros simbólicos de la entrada. Algo que me parece muy bien; no soy partidario de que la cultura sea gratis, aunque sí que se la ayude, como ha hecho en este caso la Concejalía de Cultura de la Villa del Río, empeñada en rentabilizar el atractivo Palau con una programación de mérito, eficazmente gestionada por Alfonso (olvidé preguntar su apellido).

A uno le cupo el honor de presentar el recital, más que nada para que quedara explícito mi apoyo a los dos jóvenes artistas, pues soy muy avaro de mi escaso tiempo libre. Y ya puestos, les recité dos poemas de mi libro La mirada perdida que podría situar en mi línea didáctica y pelín socrática. Fue un placer. Afuera, media luna y una noche tropical.

Concierto de piano, con Martina Lenton y Llorenç Prats Boscà. Palau de Congressos, Santa Eulària; martes 14 de julio.

JULIO HERRANZ