Gilbert Herreyns inaugura la próxima semana en Formentera una nueva exposición de su serie 'Blau'.

JULIO HERRANZ

La sala de exposiciones del Ajuntament Vell de Formentera acogerá a las 20,00 horas del próximo martes día 7 la inauguración de una exposición de pinturas de Gilbert Herreyns, dentro de la serie monocrómatica en azules que presentó hace unos meses en sendas muestras en Eivissa. «En esta ocasión pondré dos pinturas grandes, de unos dos metros y medio; unas cuantas pinturas pequeñas, un montaje y un texto. Así que todo va un poco sobre el mismo tema. Este año lo tengo dedicado al azul, sus componentes y su simbología», explicó ayer a este periódico el pintor belga residente en las Pitiüses desde los años 70, añadiendo que «desde el 2002 o 2003 no exponía en Formentera».

Una isla por la que Herreyns siente una marcada querencia y en la que se refugia a menudo, rodeado de azules naturales. Por lo tanto, un escenario ideal para mostrar sus Blaus. «Exactamente. Además, si no me equivoco, creo recordar que los primeros azules los hice precisamente en mi casa de Formentera, en el año 73», recordó el artista, quien ante la pregunta de si prefiere esta isla a Eivissa, responde diplomáticamente. «Quiero igual a las dos islas; yo me considero pitiuso».

¿Y dónde pinta más? «En Eivissa, eso es evidente, pues es donde tengo mi estudio principal. Aquí tengo un pequeño estudio, y en verano me dedicó un poco más a los papeles. Pero sigo trabajando, aunque no con tanta intensidad como en Eivissa».

¿Y en qué época del año pinta más? «Pienso que más bien en otoño e invierno, que es cuando más apetece estar encerrado en casa y sin ver a nadie, ni siquiera al paisaje. Luego, en primavera y verano es la época de abrirse al mundo y sus colores», subrayó.

Colores, cuatro en concreto, que marcarán hasta 2012 los puntos cardinales de la brújula plástica de Gilbert Herreyns: 2009 para el azul, 2010 para el rojo, 2011 para amarillo y 2012 para el negro. Sobre el protagonista de este año, «el más inmaterial de todos los colores», ofreció cuando inauguró el pasado marzo su exposición en Via 2, una serie de datos históricos y técnicos: «A lo largo de los tiempos, para expresar visualmente el azul y sus múltiples tonalidades, se han encontrado correspondencias químicas o pigmentos tales como el azul ultramar, el azul de cobalto (o Thénard), el azul cerúleo (o celeste), el azul de París (de Prusia o de Berlín), el azul phtlocianina y el azul rey. Éstos, convertidos en polvo y mezclados con un aglutinante (aceite, huevo, leche, látex o acrílico) se transforman en pintura», refirió didáctico Herreyns, quien tiene en cartera exponer en Bruselas la primavera próxima.