JULIO HERRANZ El caso del Teatro Pereira parece que ha llegado, después de muchas vueltas que han durado varios años, a un puerto no muy lejano del de partida con la renuncia del Consell a su compra y el compromiso de los propietarios a rehabilitarlo, quedando su uso limitado por la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), que marca ciertas restricciones. Una solución que lamenta el ex-conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, que fue quien llevó el peso principal de las negociaciones con la propiedad en la pasada legislatura. «Nosotros estábamos dispuestos a comprarlo. Si la oposición hubiera estado de acuerdo, en estos momentos el teatro ya sería público. Como no fue posible, porque dijeron que era demasiado caro, lo dejamos, con la esperanza de ganar las elecciones y comprarlo después», explicó a este periódico Marí Tur, retirado de la vida política activa desde las últimas elecciones municipales, al perder su partido (el Popular) el gobierno del Consell.

Desde su relajada existencia actual en Sant Josep (dedicado a cultivar su huerto, al estudio del piano y otras aficiones tranquilas), el otrora activo conseller recuerda cómo quedó el proyecto Pereira cuando salió de la Conselleria de Patrimoni: «Lo que no teníamos decidido aún era si comprar el teatro y el bar o comprar toda la manzana. Un tema que teníamos que discutir si ganábamos. Y supongo que también habríamos conseguido una rebaja sobre el precio tasado oficialmente». Tasación llevada a cabo hace ya unos dos años por una empresa catalana especializada, que la fijó en seis millones de euros. El proyecto de reforma del equipo de gobierno del PP estaba presupuestado en 8'2 millones y contemplaba una remodelación casi total del interior del histórico inmueble.

El proyecto de rehabilitación del Pereira, realizado por el arquitecto del Consell Luis Gascón, «también le pareció demasiado caro a la oposición; y pedimos otro proyecto a una empresa catalana especializada en teatros, que era un poco más barato». Tomas y dacas entre los criterios del Partido Popular y los del Grup Progresista, que habrían terminado si el PP hubiera gobernado el Consell en esta legislatura. «De haber ganado, habríamos comprado el Pereira. En este caso ya sin consenso. Cuando se ha intentado y no se ha conseguido, tienes ya que tomar una decisión. Y yo entendía que la compra del teatro era buena para la cultura de Eivissa y para su patrimonio», consideró Joan Marí Tur.

Reflexiones y opiniones que ya pertenecen al pasado, porque (para sorpresa de mucho) el día 7 de este mes los propietarios del Pereira hicieron pública su decisión de no vender el inmueble al Consell , haciéndose cargo ellos de su rehabilitación. Una solución que Joan Marí Tur la mira con ciertas reservas. «Desde mi punto de vista, todo lo que sea poner el teatro en uso lo más rápido posible me parece bien. Pero me temo que todavía nos queden algunos años». La razón: «Porque falta el permiso del PEPRI, la autorización del Ayuntamiento de Eivissa y demás», indicó el ex-conseller.

El último capítulo de la historia (de momento) lo han escrito los propietarios del Teatro Pereira. Su portavoz, Pedro Matutes, al hacerse pública la renuncia del Consell a comprarlo, apuntó que estaban «contentos» por la solución adoptada; y recordó que en los últimos tiempos habían llegado una situación de bloqueo que «era mala sobre todo para el teatro»; añadiendo: «A partir de ahora decidiremos qué haremos, pero aseguraremos la integridad estructural del inmueble y elaboraremos un calendario a seguir».

En cuanto al futuro del Pereira, Pedro Matutes señaló que se plantearán si se reforma «como teatro». Y aunque la declaración de BIC obliga a usos culturales, no se sabe todavía a cuáles, «porque la palabra usos culturales es muy amplia», subrayó el portavoz de los propietarios, que tampoco descartan venderlo: «El Teatro Pereira ha estado cien años en manos de nuestra familia y podría estar cien años más, o cien días más; ahora todas las posibilidades están abiertas», especuló.