Las obras de urbanización en Ca n’Escandell han hecho perder plazas de aparcamiento para los vecinos. | Irene Arango

Las reivindicaciones vecinales en Ca n’Escandell comenzaron el 26 de junio de 2018, cuando un vecino del barrio fue atropellado mortalmente por un vehículo que circulaba a una velocidad indebida. Desde entonces, los vecinos de Ca n’Escandell llevan reclamando que se establezcan limitaciones a la velocidad de circulación en una calle des Jondal que, tal y como afirman algunos vecinos «se ha convertido en la arteria principal de entrada de vehículos a la ciudad de Ibiza». A esta reivindicación se le suman otras, mayoritariamente en materia de seguridad y de falta de estacionamiento.

Pese a que, por fortuna, en esta ocasión no hubo que lamentar ninguna víctima, hace justo un mes del último accidente en la zona, cuando un vehículo que circulaba a alta velocidad por esa misma calle se estampó contra un Mercedes que estaba estacionado junto a los contenedores de residuos. Fernando, un vecino del barrio, asegura que «las velocidades aquí son un desastre, pasan como les da la gana, tanto coches como motos». Si bien valora los badenes que se han instalado recientemente, asegura que «no ha cambiado en nada la situación».

Peligrosidad

En este sentido, Neus, otra vecina de la zona, señala que «hace ya tiempo que nos dijeron que se iba a poner un radar en este tramo, y seguimos esperando». Además del radar, señala que en la calle des Jondal solo hay dos pasos de cebra que, además, están juntos «con lo que desde estos hacia abajo hasta Can Cantó y hacia arriba hasta la rotonda tienes que cruzar sin paso de cebra, hasta para tirar la basura». Además, señala que aunque esta sea la vía más transitada de Ca n’Escandell «no es la única en la que pasa esto. No se respeta la velocidad en ninguna zona del barrio».

Otro vecino de la zona señala que, teóricamente, la velocidad máxima de circulación es de 30 kilómetros por hora, «pero no se respeta en absoluto. Hay un semáforo que, aunque se ponga en rojo, la gente se lo salta. Muchos vivimos aquí, con niños, y esto ha dejado de ser una calle para convertirse en una avenida».

Robos

La seguridad, más allá de la viaria, también es una de las grandes quejas de los vecinos de la barriada. Fernando asegura que hace poco vio desde su ventana cómo en plena calle estaban robando las ruedas de un vehículo para ponérselas a otro. Neus asegura que su yerno aparcó el coche por la noche y, a la mañana siguiente, se encontró con que le faltaba una rueda al coche.

Esto no es algo excepcional, tal y como explica Neus: «Cada vez hay más robos en coches. El otro día a cuatro taxistas que viven en el barrio les abrieron el coche la misma noche. Otro día lo mismo a otro vecino». En este sentido, Neus apunta directamente a la figura del policía de barrio: «Hay uno solo para este barrio, Can Misses y Cas Serres. Cada vez hay más inseguridad».

Aparcamiento

Otra de las quejas vecinales es que, en verano, se convierte en una zona habitual donde aparcan furgonetas y caravanas que utilizan los parkings como estacionamiento fijo: «En verano pasan días y días estacionadas en el mismo sitio sin moverse. Yo lo he comunicado a través del sistema del Ayuntamiento de Ibiza y nunca han respondido», explica Fernando.

Relacionado con esto último, también aparecen las quejas relacionadas con la falta de aparcamiento en el barrio. Francisco, otro vecino de la zona, explica que a raíz de las obras de urbanización que se han iniciado, tanto en el terreno contiguo a la asociación de vecinos de San Pablo como otro terreno más cercano a la rotonda, se ha eliminado mucho espacio de estacionamiento, «especialmente durante el fin de semana, que viene mucha gente a la asociación».

Ayuntamiento

Respecto a todo estas quejas, el cuarto teniente de alcalde y regidor del barrio de Ca n’Escandell, Jordi Grivé, ha explicado que en materia viaria se ha señalizado un control radar «pese a que no hay uno fijo, se puede poner móvil. Si no se señaliza luego se pueden alegar las multas, además de cumplir un efecto disuasorio». También ha explicado que    el paso de peatones, que antes solo se ponía en rojo para los vehículos si un viandante pulsaba el botón, «ahora es de fase».

Grivé también ha señalado que la calle des Jondal, «igual que muchas otras en el municipio de Ibiza, va a ser asfaltada próximamente, y en ese asfaltado se incluirán más badenes. Si ese asfaltado se retrasase, se podría adelantar la fecha de los badenes». También ha asegurado que se va a instalar un «radar pedagógico, que se pone en rojo si el vehículo circula por encima de una velocidad determinada».

En materia de seguridad, Grivé admite que le gustaría poder ampliar esa figura de policía de barrio y que Ca n’Escandell tuviera uno en exclusiva. En este sentido, apunta a que «se está trabajando en incorporar a más policías y hacer que sea más atractivo venir a Vila a trabajar, ya que hay plazas que no están ocupadas. El alcalde, que es quien tiene las competencias, está tratando de que se tenga la plantilla al completo cuanto antes mejor».

En cuanto a la falta de aparcamiento, es consciente que las obras en Ca n’Escandell han retirado muchas plazas que los vecinos utilizaban, pero ha asegurado que «cuando las obras estén acabadas y se habilite la nueva calle al final de la des Jondal, habrá nuevas plazas». En cuanto a la presencia de furgonetas y caravanas en verano, ha señalado que se cambió la normativa para que, a partir de las 72 horas, se pueda sancionar «a aquellos vehículos que claramente estuvieran estacionados para residir en ellos».