El joven intérprete ibicenco es asistente de concertino en la OJIPC y estudia un postgrado musical de violín. g Foto: XIMENA ARAGÓN

SANTI BONNIN Santiago Bonet Bofill es asistente de concertino en la Orquestra de Joves Intèrprets dels Països Catalans (OJIPC), que recientemente ha tocado en la Universitat Catalana d'Estiu en Prada, y es el único músico ibicenco que forma parte de esta agrupación. Paralelamente, el joven intérprete está realizando un postgrado de violín, instrumento que toca desde los seis años. Después de haber tocado con la OJIPC en Prada el día 24 y en Mutxamel (Alicante) el 26, Santiago Bonet ha regresado a Eivissa, donde continúa con su formación musical.

_Eres el único ibicenco de la OJIPC. ¿A qué crees que se debe?

_Sinceramente, ni lo sé ni puedo comprenderlo. Después de todas las oportunidades que como músico he tenido fuera de Balears, no entiendo cómo tienen más oportunidades los músicos de la islas.

_¿Falta de interés?

_O de profesionalidad. O de voluntad. De otra manera no se explica que en la Simfònica d'Eivissa la mitad sean de fuera: los ibicencos han perdido el interés por la música, y es algo que no consigo explicarme. Tal vez sea que no somos conscientes de las posibilidades de la carrera musical. Mucha gente lo ve como un sacrificio en vez de como una oportunidad. Tenemos que pensar que es una suerte poder hacer de una pasión una profesión, pero mucha gente se rinde antes de empezar, lo ven como una pérdida de tiempo.

_¿Cómo surge un proyecto como la OJIPC?

_La agrupación nació en Mallorca en el año 2004, impulsada por Forum Musicae, una institución dedicada al fomento de la cultura musical en les Illes Balears. Una de las máximas impulsoras fue Magdalena Martínez, una megalómana consumada que ha movido cielo y tierra para poder llevar a cabo este proyecto. La voluntad era la de crear una orquesta que fuera más allá del ámbito balear, pero coordinar un proyecto de estas características es muy difícil.

_¿Y tú, cómo pasaste a formar parte de ella?

_Magdalena Martínez contó con la ayuda de Salvador Brotons, un director de orquesta que es muy querido en las islas, muy comprometido con todo lo que hace y su trabajo en el mundo de la música es increíble. Yo le conocía como director de la Orquestra Simfònica de les Illes Balears y cuando supe que estaba al frente de este proyecto, no dudé en incorporarme.

_¿Y cómo evolucionaron las cosas a partir de entonces?

_La primera actuación de la OJIPC fue en el Fòrum de les Cultures de Barcelona, en él nos hicimos cargo del acto de clausura de uno de los festivales dedicados a los jóvenes. Fue un paso muy importante para dar a conocer la agrupación y el hecho de participar en un proyecto de esa magnitud fue muy positivo para la Orquestra.

_A partir de entonces las cosas irían sobre ruedas...

_En realidad no. Después de eso estuvimos un año prácticamente estancados. Tan sólo el hecho de desplazar a los músicos y sus instrumentos requiere una inversión enorme, sin contar alojamiento, dietas... Afortunadamente, entramos en contacto con la Universitat Catalana d'Estiu, donde nos acogieron muy bien. _¿Fue a partir de entonces que empezasteis a tocar allí cada año?

_Sí, pero hay mucho más que eso. Nos convertimos en una orquesta que no se limita a tocar un repertorio determinado, que ya de por sí es importante, sino que además llevamos a cabo una labor de recuperación de música de autores catalanes que habían caído casi en el olvido. Entre dictaduras y represiones varias, algunas composiciones habían llegado a perderse.