Imágenes, recuerdos y mensajes poéticos de Marta Buil, hija de Buil Mayral.

JULIO HERRANZ

Cuando el mes pasado Marta Buil Maurici estuvo en la isla para hacer donación del legado artístico de su padre (Josep Buil Mayral) al Consell Insular y al Ayuntamiento de Eivissa sorprendió el conocer que tenía una trayectoria creativa propia. «De jovencita pintaba; soy compositora; fui cantautora de la Nova Cançó en Girona; soy miembro de una coral y de un grupo de habaneras», explicó entonces a este periódico, añadiendo que en lo que estaba más centrada últimamente era la fotografía, que practica desde niña.

De vuelta a Granollers, donde reside y trabaja como maestra, Marta Buil nos contó cómo su padre le contagió la afición por la fotografía: «Tenía el laboratorio en casa, y una vitrina llena de premios, copas y placas. Además, montaba su estudio allí con las luces, focos; a veces me disfrazaba y me pasaba horas posando para él. Fui la primera modelo de mi padre, quien poco a poco me fue enseñando el oficio, pues entraba en el laboratorio, veía como hacía el revelado... Hacía unas fotos majísimas, una preciosidad», recordó la hija Buil Mayral decano de los reporteros gráficos de la isla fallecido el pasado diciembre.

Sus primeras incursiones en el oficio fueron cuando era niña. «Como me gustaba mucho (me sigue gustando) ir de excursión con los amigos, él me dejaba una cámara y hacía de reportera del grupo. Luego mi padre las revelaba y hacía copias para todos». Sin embargo, ha sido en los últimos años cuando Marta Buil se ha centrado más en la fotografía. «Con el ordenador, que es desde hace unos años mi laboratorio, empecé a unir imagen con palabra y organicé en 2004 mi primera exposición, 'Missatges'. Eran sobre todo fotografías de paisajes que me comunicaban algo. Es que aparte de mi afición creativa por la poesía, la música y la fotografía, necesito transmitir algo más importante, la fuerza de la comunicación, porque creo que la comunicación es la base de toda relación humana», precisó.

Tal vocación comunicacional la despliega Marta Buil en varias direcciones. Por ejemplo, dentro de la Associació Fotográfica Jaume Oller de Granollers. «Organizamos salidas, exposiciones colectivas, cursos muy interesantes, como uno de fotografía social y otro de fotografía documental, de la que en estos días hemos hecho una exposición», precisó Buil Maurici, quien se ha convertido «en cronista del grupo; porque como me gusta escribir, cada vez que hacemos salidas (una cada mes o así), al volver hago la crónica detallada, animosa y en tono de humor, que luego paso por correo electrónico a todos los miembros del grupo, unos doce. Digamos que soy la encargada de informarles y animarles; una tarea que hago con mucho gusto, y que ellos agradecen con todo el corazón», aseguró la inquieta artista.

En cuanto a su dedicación y gusto por la poesía, Marta Buil apuntó que había publicado algunas en revistas y periódicos. Incluso un poema suyo ganó un primer premio hace unos meses en un Casal de Granollers. Se titula 'Si miressim més enlaire' y dice así: «Si miressim més enlaire,/ si miressim més amunt,/ no tindríem tants desaires/ que sentir en el més profund.// Tot veient moltes teulades,/ xemenèies al damunt,/ les antenes ben clavades/ i una gran boira de fum,/ pujaríem com un núvol,/ que flotant se sent sorprès,/ que es passeja a gust per l'aire/ contemplant, sense cap pès.».

Y en su reconocido afán de comunicación, Marta Buil envió a este periódico varios poemas más de su cosecha íntima. Entre ellos, 'Gavina blanca': «En la solitud del mar,/ vora la platja,/ en la lluïssor del sol,/ sobre de l'aigua,/ tu, ocell lliure,/ gavina blanca,/ planeges per l'aire/ i et deixes caure/ per reposar un instant/ del teu viatge».