Representantes de la Unión Europea (UE) y Cuba sostuvieron el
fin de semana una intensa polémica respecto al impacto que ha
tenido la decisión de los Quince de restringir los contactos
culturales con la isla de gobierno comunista, medida adoptada tras
un masivo encarcelamiento de disidentes. El cruce de acusaciones
comenzó el viernes pasado, cuando el presidente del Instituto
Cubano del Libro, Iroel Sánchez, acusó a la UE de aplicar un
«bloqueo cultural« a Cuba, al inaugurar la XIII Feria Internacional
del Libro de La Habana.
La muestra literaria tenía a Alemania como «invitado de honor»,
pero el gobierno de Berlín rehusó participar en la Feria al
plegarse a las sanciones dictadas por la UE en junio pasado contra
el gobierno del presidente Fidel Castro. Sánchez arremetió contra
la comunidad europea en su discurso y dijo que actúa como
«cómplice» de Estados Unidos en el intento de aislar a Cuba,
aplicando «un bloqueo cultural fracasado desde su publicitado
inicio». Los organizadores dedicaron la XIII Feria Internacional
del Libro «a la cultura alemana» en general y unas 30 editoriales
de ese país se instalaron en los puestos de exhibición en La
Habana, pese a la decisión de su gobierno de abstenerse de asistir
al evento.
El sábado, la delegación diplomática de la Comisión Europea en
la capital cubana replicó las declaraciones de Sánchez y subrayó en
una nota que «la UE jamás ha decidido un bloqueo cultural contra
Cuba y que sigue dispuesta a apoyar actividades culturales en la
isla».
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