La arqueóloga Feliciana Salas propuso ayer establecer una relación diacrónica de aquellos hechos arqueológicos que de forma manifiesta representan una aportación cultural del mundo fenicio en la población autóctona del sureste a partir del siglo VIII a.C y hasta el siglo VI a.C.

Salas, que es profesora titular de Arqueología de la Universidad de Alicante, ofreció ayer una conferencia dentro del ciclo de las XVIII Jornades d'Arqueologia Fenício-Púnica que se celebran en Eivissa en la que hizo un análisis sobre el impacto fenicio y púnico en las sociedades autóctonas del sureste peninsular.

El papel de la presencia fenicia en las costas del sureste como motor de los mecanismos de aculturación que fueron transformando las comunidades hasta dar lugar a la sociedad ibérica no se cuestiona. Sin embargo, para llegar a esta conclusión la investigación ha avanzado con pasos lentos, ya que estaba muy enraizada la idea de una secuencia cultural sin solución de continuidad desde el final de la edad de bronce a la época ibérica. Así fue como se alimentaron durante cierto tiempo algunas reticencias al admitir la presencia prolongada de una población foránea de origen semita y la expansión de su modus vivendi en un mundo de cerámicas a mano y construcciones domésticas frágiles.

En el área almeriense, la investigación ha seguido unos cauces más sencillos, dadas las referencias en las fuentes escritas a la ciudades de Abdera y Baria que otorgan un carácter incuestionable a la presencia estable de una inicial población colonial fenicia que permanecía en el tiempo hasta su romanización.

La arqueóloga, que ha participado y dirigido diversas excavaciones en yacimientos del ámbito púnico, ibérico y protohistórico, expuso en su conferencia que los datos sobre la Cartagena púnica solo han empezado a documentarse en los últimos años