En 1993, el dibujante Max decidió publicar el fanzine «Nosotros
Somos los Muertos». Para lograrlo, contó con la ayuda de Pere Joan.
Siete años después, la revista desapareció debido al cansancio de
los dos autores por intentar encontrar alguien que editara las
historias. Ahora, la editorial Inrevés ha decidido reeditarla y
reducir el nombre a las iniciales, «NSLM». El primer número verá la
luz el mes de noviembre.
«En 1993, el campo del cómic era un desierto», aseguró Max. La
guerra de Bosnia fue el detonante. Después, llegó el paralelismo
con la situación del tebeo. «Todo estaba muerto, quería crear
historietas y sabía que nadie me las publicaría». Así nació
«Nosotros Somos los Muertos», 300 ejemplares fotocopiados que se
llevaron al Saló del Còmic de Barcelona. «Fue un bombazo porque
nadie se lo esperaba». Más tarde llegó el efecto dominó, ya que
«muchos autores que estaban en la misma situación vieron que se
podía pasar a la acción».
«Reivindicábamos el cómic como narración y no que sólo fuera un
elemento vistoso y de entretenimiento», aseguró Pere Joan. Los dos
autores quisieron recuperar creadores de su generación, dar voz a
los jóvenes y mostrar los dibujantes extranjeros. «Se consideró un
catálogo de referencia, una manera de ver qué se estaba haciendo en
el mundo del tebeo», en palabras de Pere Joan.
La nueva «NSLM» nace con la misma vocación que lo hizo en 1993.
«Queremos que la revista cree tendencia y ofrezca opinión, algo que
no existe en la actualidad», dijo Pere Joan. «NSLM» no se dedicará
en exclusiva al cómic, también incluirá la gráfica en general,
«desde el dibujo puro y duro hasta la ilustración, pasando por el
diseño gráfico», según Max. «Los profesionales de estos campos
trabajan por encargo de empresas; la revista les propondrá que
creen sin tener en cuenta el propósito comercial». Para
conseguirlo, la publicación crecerá en tamaño y ofrecerá páginas
más espaciosas.
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