A pesar de ser un día festivo, el parque Reina Sofía no presentó en
la noche del jueves el lleno del miércoles, la noche de Jerry
González, un personaje de gran carisma, amén de excelente músico.
Sin embargo, la velada resultó realmente estimulante para los
fieles seguidores de la Mostra, interesados en conocer las nuevas
tendencias del jazz que viene de la Europa del norte, representado
en esta ocasión por U-Street All Stars, el grupo finlandés
triunfador en el festival de Getxo del pasado verano.
Pero antes de que llegará ese momento, el ambiente se fue
caldeando con el buen hacer de Alberto Sánchez Group, el grupo
Injuve de la noche. El guitarrista y líder de la banda, estuvo
secundado por Óscar Cuchillo (contrabajo), Eduardo Olmedo
(batería), Carlos Martín Moreno (trombón), Vicente Maciá Pla (saxo
tenor) y Salvador García (trompeta). Con un repertorio basado en
temas originales, la banda demostró que sabe entrar y salir del
jazz vanguardista sin ningún problema. Tanto la labor del grupo en
conjunto, como en los solos de cada uno de sus miembros, brilló con
un respetable nivel, aunque en ciertos momentos resultasen algo
indecisos.
Pero fue en la segunda parte del concierto cuando la temperatura
se elevó definitivamente. Ya desde su primera inclusión en la
Mostra de Eivissa, los grupos ganadores en el festival de Getxo
(prácticamente todos ellos nórdicos) han ofrecido algunos de los
conciertos más espectaculares de la cita jazzística ibicenca. Las
proposiciones arriesgadas, unidas a un extraordinario dominio
técnico de los instrumentos son dos de los factores claves para
comprender las altas cotas que estos conjuntos obtienen sobre el
escenario.
Y como no podía ser menos, en la noche del pasado jueves le tocó
el turno al grupo U-Street All Stars, formado en Finlandia. Timo
Lassy (saxo tenor), Markus Holkko (saxo alto), Teemu Viinikainen
(guitarra), Timo Tuppurainen (contrabajo) y Jussi Lehtonen
(batería) demostraron con creces el por qué de su reconocimiento en
Getxo.
A partir de composiciones propias (en algunas ocasiones claras
herederas del post-bop), el conjunto finlandés firmó un intenso
concierto, refrendado por la gran cantidad de público que al final
del mismo intentaba hacerse con los discos a la venta en el
recinto. La hipotética frialdad con la que se tilda a los pueblos
escandinavos se diluía en cada ocasión en la que la banda iniciaba
un nuevo tema. Y si potente fue la pareja de saxofonistas no sería
justo no destacar igualmente a una sección rítmica que jugó con las
armonías con la seguridad de quien conoce los resortes del jazz y
con un guitarrista con un muy preciso sentido musical. El grupo
finlandés, de hecho, se inició como tal interpretando standards, y
en la base de sus composiciones se adivinan las herencias de
algunos de los principales nombres del jazz, pero en ningún momento
esa herencia debida les ha impedido adquirir una identidad propia y
definida.
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