La actuación de Miquel Barceló en la Seu de Palma ha quedado en punto muerto tras las conversaciones que mantuvieron la pasada semana en Zurich el marchante del artista, el galerista suizo Bruno Bischofberger, con representantes de la Fundació Art a la Seu. El principal punto de desencuentro es el económico. El contrato preliminar valoraba los trabajos en la capilla de Sant Pere en 3'5 millones de euros; sin embargo, Bischofberger estableció en Zurich una nueva cifra superior con carácter innegociable, aduciendo además que él administraría el dinero, que no estaría sujeto a control por la Fundació Art a la Seu.

La actuación de Barceló se gestó hace dos años, coincidiendo con su nombramiento con doctor honoris causa por la UIB. El obispo de Palma, Teodoro Úbeda, informó entonces que el pintor quería corresponder a esta designación recuperando la capilla de Sant Pere de la Catedral, hoy cerrada. Posteriormente, el artista declaró que renunciaba a cobrar honorarios.

Hasta que Bischofberger remitió el contrato preliminar se había especulado acerca del presupuesto. Primero se habló de mil millones de pesetas, después de 400, y más tarde casi 600.

Barceló ya ha realizado maquetas y cerámicas para la Seu, y su trabajo de los vitrales, las gárgolas y los muros está perfilado y pudo verse en la fundación Maeght y en Silos. En cuanto a la maqueta del proyecto, se encuentra guardado en la Seu a la espera de ser presentado al público.