El subsuelo ibicenco no deja de arrojar sorpresas, incluso en los
lugares más insospechados. Una excavación de urgencia en la calle
Sant Cristòfol, debida a la construcción de un edificio, ha
terminado desvelando un hallazgo único hasta la fecha en las
Pitiüses: un mosaico romano conservado en parte, pero del que se
puede apreciar con cierta nitidez aspectos de su dibujo con motivos
florales, realizado en cinco colores (blanco, terracota, verde,
negro y rojo) con piedras autóctonas de la isla y forma
semicircular de unos tres metros de longitud.
En otros emplazamientos se habían hallado pequeños fragmentos
desmenuzados de algún que otro mosaico, pero nunca había aparecido
uno 'in situ', en el mismo lugar en el que estuvo emplazado en su
origen. En unos días, el mosaico será desgajado del terreno y
enviado a los talleres del Museu Arqueològic d'Eivissa i
Formentera, cuya restauradora, acompañada de una ayudante, ya
trabajaban ayer sobre esta valiosa pieza histórica.
Pero aunque este es el descubrimiento más espectacular, no es el
único realizado en esta excavación dirigida por la joven arqueóloga
Glenda Graziani, quien asegura encontrarse frente a una complicada
tarea de interpretación de los restos aparecidos en veinte días de
trabajo. Aunque no quiere aventurar unos resultados que aún deben
ser analizados, Graziani especuló con la posibilidad de que el
yacimiento de la calle Sant Cristòfol se sitúe entre los siglos II
al III hasta el VII d.C.
«Hay zonas complejas, en las que la secuencia estratigráfica es
difícil de analizar y habrá que esperar para asegurar qué muros
pertenecen a una época o a otra», apuntó la arqueóloga, que cuenta
con la colaboración de cinco obreros, así como de dos técnicos y
las mencionadas restauradoras en su tarea. Porque se da la
circunstancia de que en el yacimiento han aparecido restos de muros
y un importante número de enterramientos, incluido uno de gran
valor, al ser un cuerpo contenido en una vasija de elaboración
norteafricana.
La orientación norte/sur de algunas de las tumbas ha permitido
establecer el periodo romano, mientras que épocas posteriores se
definen por la orientación funeraria este/oeste. Las tumbas
generalmente están construidas con losas de marés e incluso se ha
hallado un sarcófago de este material. Otras han sido cubiertas por
un mortero llamado opus signinum, compuesto por cal y cerámica.
Pero Graziani no puede ocultar la gran satisfacción que supone
trabajar en este inmenso rompecabezas que ha aparecido en pleno
centro de la ciudad de Eivissa y que también incluye restos de
época púnica, aún por estudiar.
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