El homenaje al poeta, recién fallecido, fue uno de los momentos más emotivos de la Diada.

La celebración de la VIII Diada per la Llengua i l'Autogovern en Palma, organizado por la Obra Cultural Balear (OCB), se convirtió ayer en una jornada de reconocimiento de la figura del recientemente fallecido poeta ibicenco Marià Villangómez y junto a las tradicionales actividades festivas y culturales se hizo un homenaje al insigne escritor mediante el despliegue de una gran pancarta en la que se leía una de sus citas más celebradas: «Voler l'impossible ens cal, no que mori el desig». La leyenda era sujetada por un grupo de niños mientras otro ibicenco fundamental para la cultura de las Islas, Isidor Marí, hacía lectura de algunos versos del poema «Terra natal» del poeta desaparecido el pasado día 12.

Los actos programados dieron comienzo al filo de las 19.00 horas con la actuación de la Colla de Castellers de Mallorca y la Colla Al.lots de Llevant. La muestra de quince entidades comprometidas con la defensa del catalán y la amenización musical de las orquestas Quart Creixent y s'Arrual Jazz Mort contribuyeron a crear el ambiente de fiesta. Durante la fiesta se repartieron la espinagada y el gató más grandes jamás cocinados, preparados por los reposteros del horno Dolç de sa Pobla y de la Associació de Forners i Pastissers de Balears. Junto a ellos, los asistentes pudieron dar cuenta de otras 200 cocas de verdura, 100 litros de vino tinto, otros 100 de zumo de naranja y la misma cantidad de limonada y pinya.

La fiesta no olvidó tampoco a Bonet de Sampedro, el cantante mallorquín fallecido ayer. La octava edición de la Diada estuvo muy marcada por la inmigración, y como prueba de que muchas de las personas que llegan a nuestra Islas sienten un gran respeto por la cultura y la lengua balear, un grupo de extranjeros dirigió unas palabras en catalán a todos los asistentes. Cathy Sweeney, irlandesa, realizó una llamada a la «solidaridad lingüística entre los baleares y la gente venida de fuera».