La Sala de Cultura de «Sa Nostra» acogerá a partir de esta mañana y
hasta el próximo 3 de junio la exposición «Llengües, universos en
perill». La muestra, comisariada por el escritor ibicenco Isidor
Marí y Joan Avellaneda, gestor de los temas sociales y
medioambientales de dicha entidad, se presentó en el pasado mes de
diciembre en Ciutadella, y más tarde ha visitado Maó y Palma.
«Creemos que es una exposición muy oportuna, porque explica una
situación universal muy grave: de las seis mil lenguas que existen
en el mundo, la mitad la hablan colectivos de menos de diez mil
personas, y unas mil trescientas son habladas por grupos de menos
de mil», explicó Isidor Marí.
Ante tal situación, la Unesco «ha lanzado un grito de alerta
para evitar la desaparición de este patrimonio mundial intangible
pero esencial»; con la advertencia de que si «no se detiene el
proceso, durante el siglo XXI podrían desaparecer el 80 por ciento
de las lenguas que hoy existen, la mayoría de ellas repartidas en
lugares pequeños del tercer mundo trastocados por cambios radicales
en sus modos tradicionales de vida social, cultural y económica»,
señaló Marí.
El antecedente de la muestra «Llengües, universos en perill»
procede de la declaración por parte de la Unesco de 2001 como Año
Internacional de las Lenguas. En la compleja organización de la
misma han colaborado el Centro Unesco de Cataluña y la Direcció
General de Política Lingüística del Govern balear. La exposición
(que no tendrá una inauguración oficial) está dirigida al público
en general, pero muy especialmente a los alumnos de secundaria y de
bachillerato, que a partir del próximo lunes realizarán visitas
guiadas en el centro de la calle Aragón.
Vídeos, montajes audiovisuales, dibujos, carteles, mesas de
escritura y otros elementos aproximativos al tema conforma una
exposición «interactiva al máximo e inacabable, por las
posibilidades de conocimiento que presenta», apuntó Avellaneda. La
muestra está dividida en tres ámbitos, diferenciados por un color.
«La benedicció de Babel» (azul) expresa a través de canciones,
sonidos y peculiaridades de las lenguas de muestra, a una
«invitación y defensa de la libertad y creatividad humanas». En «La
llei del silenci» (verde) se vincula la pérdida de las lenguas con
los daños irreparables a la naturaleza, afectando especialmente a
los pueblos indígenas.
Y «Dret a parlar» (rojo), apartado en el que se «da el grito de
alarma para defender las lenguas como riqueza universal, punto de
encuentro y gesto pacifista», explicó Joan Avellaneda. «Si en
cualquier otro tema del patrimonio mundial se dijese que en un
plazo corto de tiempo podría perderse el 80 por ciento, saltarían
todas las alarmas posibles; por eso creemos que es un asunto muy
preocupante en el que todos debemos implicarnos», concluyó.
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