«Me alegro que la exposición de Murtic se presente en este museo,
porque es el único de arte contemporáneo que existe en Balears y el
lugar natural para un pintor de esta categoría». Con estas
palabras, Guillem Frontera, crítico de arte y presidente de la
Fundació Balears 21 mostró ayer su satisfacción por la presencia en
la isla de la exposición antológica de Edo Murtic, que se
inaugurará a las 20 horas en el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa
(MACE) y permanecerá abierta al público hasta el 29 de mayo. La
muestra es el primer evento que se presenta en la isla del ciclo
«La primavera croata de les Illes Balears», una iniciativa
organizada por la Fundació Balears 21 y el gobierno de la República
de Croacia, cuyo embajador en España asistirá a la inauguración.
Maestro del expresionismo abstracto, homologable con los grandes
del género, tanto españoles como europeos y norteamericanos, según
Guillem Frontera, «la pintura de Murtic es difícilmente explicable
en un régimen como el que sufrió Yugoslavia; su arte no tiene nada
que ver con la pintura socialista». Para el artista (que se ha
desplazado a la isla con su mujer para la inauguración), «es una
sensación muy agradable poder presentar mi obra en un museo tan
hermoso de una isla que me resulta muy próxima por su cálido
espíritu mediterráneo. La verdad es que me siento como en casa»,
comentó.
La exposición de Edo Murtic' en Eivissa ocupa todo el edificio
del MACE. La sala superior está dedicada a una muestra
retrospectiva a modo de pequeña antología de su obra en general,
mientras que las salas de la primera planta incluye una amplia
selección de obras de gran tamaño realizadas por el pintor croata
entre 2000 y 2001. La directora del museo ibicenco de arte
contemporáneo, Elena Ruiz Sastre, afirmó ayer que «es un honor para
este museo recibir una exposición de uno de los grandes pintores
abstractos de Europa. Su obra es un claro ejemplo de que las
empatías artísticas, por encima de las circunstancias sociales o
políticas, son una verdad como un templo».
En este sentido, la responsable artística de la entidad aseguró
que «en la obra de Murtic se dan unas coincidencias
extraordinarias, tanto desde el punto de vista espiritual como
formal, con el movimiento informalista y el expresionismo
abstracto. En este sentido, hay en su trabajo unas evidentes
resonancias con los maestros abstractos españoles, europeos y
americanos», comentó Ruiz, añadiendo que «como puede verse en su
obra reciente, es un pintor que aún sigue demostrando una gran
fuerza expresiva».
Edo Murtic, refrendado en la memoria por su señora, evocó
algunos nombres de artistas españoles a los que conoce
personalmente y con los que tiene una «buena amistad» desde hace
tiempo. «En 1958 participe en la Bienal de Venecia en una
exposición sobre el informalismo europeo, en la que conocí a
Tàpies, Chillida, Saura o Canogar, y he seguido manteniendo una
buena amistad con ellos; bueno, con los que aún viven». Por su
parte, la esposa de Murtic comentó a este periódico «el
extraordinario parecido que existe en la isla con nuestro país; por
eso nos encontramos aquí tan a gusto, mucho más, desde luego, que
en los países de la Europa del norte».
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