La participación de la UIB ha sido explicada este viernes por Alícia Sintes, catedrática de Física Teòrica que lidera el Grup de Recerca en Física Gravitacional: Teoria i Pràctica (Gravity). El papel de cerca de 30 científicos e investigadores de la UIB en el proyecto es más que destacado, pues la Universitat es la tercera institución con más contribución de personal al consorcio de LISA.
Sintes explicó que «LISA permitirá detectar ondas gravitacionales de baja frecuencia que son inaccesibles desde la Tierra. Si ahora hay 90 detecciones oficiales -hay muchas más todavía no reconocidas- de ondas gravitacionales en la Tierra, LISA detectará miles de señales diarias que nos darán información sobre los instantes posteriores al Big Bang y la formación del universo y de las galaxias, y sondeará directamente el origen y el crecimiento de agujeros negros masivos todavía desconocidos, además de otros fenómenos igualmente ignorados en la actualidad».
El lanzamiento de LISA está previsto para 2037. El observatorio constará de tres satélites que se posicionarán en forma de triángulo equilátero a unos 2,5 millones de kilómetros uno de otro (más de seis veces la distancia entre la Tierra y la luna) y seguirán a nuestro planeta en su movimiento alrededor del sol. Desde su lanzamiento, se calcula un año para su posicionamiento e inicio de su actividad detectora, y un mínimo de cinco años de vida útil. Hasta 2037, se abre un período de contratación de empresas para su construcción. Los tres satélites intercambiarán información entre ellos y con la Tierra.
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