Según datos de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) facilitados ayer, en diciembre cerca de 7.300 trabajadores de las Islas estuvieron de baja laboral por coronavirus, lo que supone un incremento del 270 % respecto al mes de noviembre, cuando se produjeron más de 1.900 bajas por este mismo motivo. El aumento en el mismo período a nivel estatal fue del 632%.
Estas cifras seguirán al alza ya que enero ha comenzado con cifras récord de contagios y así lo constatan empresas de diferentes sectores de las Islas. Todas se ven afectadas por la situación actual, más en un momento en que no hay restricciones y que todas las actividades están abiertas. La falta de trabajadores porque están de baja pone en un verdadero aprieto a la operatividad diaria de muchas empresas.
«Las empresas estamos sobrepasadas», advierte el presidente de PIMEM, Jordi Mora. Además, el hecho de que la mayor parte de las empresas baleares sean micropymes con entre uno y diez trabajadores provoca que la coincidencia en el tiempo de unos pocos casos sea incompatible con el mantenimiento de la operatividad.
Reducir la producción
Empresas de sectores como el agroalimentario y la construcción, señala Mora, ya han reducido la producción para adaptarse a este contexto. Comercios y establecimientos de hostelería, por su parte, han respondido limitando las horas de actividad.
Y todo ello con el agravante de que la primera quincena de enero es la que debería funcionar como motor para sobrellevar las habituales bajadas en la facturación previstas hasta marzo o abril. Como guinda, las bajas están tardando de cuatro a seis días en ser tramitadas como consecuencia de la acumulación de casos.
Como ejemplos de sectores, las bajas de personas en grandes superficies y supermercados son generalizadas, según fuentes del sector. Ello obliga a algunos establecimientos a alargar la duración de los contratos realizados con motivo de la campaña navideña. Reconocen que cada día se comunican nuevas bajas y que intentan suplir los puestos con el resto de trabajadores.
Los más difíciles de sustituir son empleados que desempeñan funciones más de especialista. Algo similar ocurre en la restauración, donde los trabajadores deben acudir de forma presencial a sus puestos.
Por ello, el tsunami de contagios ha obligado a algunos establecimientos a cerrar sus puertas de forma temporal, según indicó el presidente de CAEB Restauración, Alfonso Robledo. «Los locales están haciendo milagros con el personal con que cuentan», indicó, al tiempo que auguró que las próximas semanas «aún serán más difíciles».
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