Este lunes es el día. El encuentro del Consell de Govern deparará previsiblemente la aprobación de la nueva normativa que permitirá a la Conselleria de Salut endurecer las restricciones en determinados barrios y municipios de Baleares donde la incidencia de casos de COVID-19 es especialmente alta, una medida del Ejecutivo ante el aumento de contagios en Baleares, y que se produce en plena cuenta atrás para el inicio del curso escolar, este 10 de septiembre, en las Islas.
Siguiendo las recientes palabras de la presidenta Francina Armengol, estas medidas irán en la línea de reducir aún más los aforos, rebajar el máximo de personas en reuniones sociales, o restringir las salidas del domicilio por la noche. Unas medidas, que se aplicarían con una vigencia de quince días y de forma específica para cada zona en particular.
Este punto es importante, puesto que ha existido una cierta incertidumbre entre la ciudadanía con respecto a la aprobación de estas medidas de urgencia.
Algunos, como el alcalde de Marratxí, Miquel Cabot (PSIB), se han visto obligado a acallar la rumorología. El primer edil marratxiner ha utilizado las redes sociales para aclarar que no está vigente ninguna especie de toque de queda, y que en todo caso, las medidas del Govern permitirían intervenir localidades concretas, incluso calles, de modo que en este momento todo un municipio como el suyo no será confinado. Sin embargo, las 'quinielas' ya circulan sin remedio por los grupos de Whatsapp.
Inicio de curso
Asimismo, en los últimos días la atención está centrada en el inicio del curso escolar 2020-2021 en Baleares, un reencuentro con las aulas tras los meses de ausencia que está siendo objeto de discusión entre las familias, los representantes políticos y la comunidad educativa.
Algunos muestran reticencia ante la vuelta al cole, siguiendo la línea de posicionamientos sectoriales de médicos y docentes, que consideran que el actual auge de contagios no predispone el escenario adecuado para arrancar la actividad lectiva con seguridad.
Sin embargo este pasado sábado la ministra de educación, Isabel Celaá, ha pedido a las familias que lleven con confianza a sus hijos a los centros educativos, ya que ha dicho que los colegios con los lugares «más seguros» y ha insistido en la necesidad de que las aulas estén abiertas, ya que sus beneficios son muy superiores a los eventuales riesgos.
Una opinión no compartida por sindicatos de docentes, que se preparan para movilizarse y ya han convocado paros en la Comunidad de Madrid y Galicia, entre otros lugares, al considerar que no se han puesto en marcha todas las medidas necesarias. Lamentan que no se ha contratado a suficiente personal y tampoco se han habilitado espacios en los centros para conseguir ratios inferiores.
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