García Revenga estuvo imputado durante varios meses en la causa y, tal y como defiende, su inclusión en el Instituto, de cuya junta directiva era tesorero, obedeció a la presencia de la Infanta Cristina como vocal en la entidad y a la confianza que Iñaki Urdangarin tenía en él depositada en relación a las cuestiones protocolarias.
Es más, en el escrito que presentó en su día para pedir el archivo de su encausamiento alegaba que no tuvo ninguna participación en los acuerdos y convenios rubricados por Nóos y aseveraba que el hecho de que su nombre figurase en un folleto publicitario de la entidad como miembro de la misma no constituía delito alguno.
El nombre de Revenga figura en varios de los emails que el exsocio de Urdangarin Diego Torres entregó al juez durante la instrucción de la causa, entre ellos un correo en el que el exduque le indicaba dónde debía ingresar su esposa, Doña Cristina, los ingresos correspondientes a sus honorarios de Zarzuela.
En un breve email se limitaba a señalar a García Revenga que «las transferencias que le ingresan a Doña Cristina correspondientes a sus honorarios de Zarzuela deberían ingresarse a partir de enero en esta cuenta», indicando a continuación el número de la cuenta bancaria.
Es más, en otra de las correspondencias, fechada el 7 de julio de 2003, el marido de la Infanta Cristina desplegaba la confianza que tenía en García Revenga con frases como «Qué tal Carlos, cómo te ha ido el finde... Nosotros bien, en Palma te puedes imaginar lo a gusto que hemos estado. Playa, piscina, heladito en Portals, parque... Vaya, que completito».
«EL DUQUE EM...PALMA...DO»
Acto seguido el Duque pasaba a explicarle de forma detallada sus planes sobre la forma de anunciar a Nóos como empresa, tras lo cual lo cual se despedía del asesor de la Casa Real con un «Agur. El Duque em...Palma...do».
Revenga considera, sin embargo, que ninguno de los correos incorporados a la causa evidencian que «tuviera intervención, control o dominio sobre la gestión y las actividades del Instituto Nóos». En concreto, García Revenga comenzó a ser empleado de la Casa del Rey en septiembre de 1993. Compatibilizó durante 19 meses esa función con la de tesorero del Instituto Nóos que presidió Urdangarin.
Otra de las comparecencias destacadas de esta semana será, el jueves, la del exasesor jurídico de la Casa Real y Conde de Fontao José Manuel Romero, quien a principios de 2006 medió para que se cumplieran las reglas de comportamiento de la Casa Real, instando a Urdangarin a abandonar toda vinculación en la gestión de las entidades del grupo Nóos y a abstenerse de dirigir entidad de clase alguna.
De hecho, durante su declaración ante el juez José Castro recordó cómo en septiembre de 2005 propuso a la Casa Real varias consideraciones encaminadas a que el exduque se abstuviera de participar en la gestión comercial o mercantil de cualquier tipo de entidad, después de que a mediados de ese año surgiesen «rumores» de que el marido de la Infanta Cristina estaba llevando a cabo actividades económicas cuya licitud no puso en duda pero que podían ser contrarias a las pautas institucionales fijadas en la Casa Real.
Unas pautas que, especificó, establecen que los miembros de la Familia Real «no deben aprovecharse» de su situación de privilegio institucional para realizar actividades, que le estarían permitidas a cualquier otra persona pero que eran incompatibles en este supuesto.
ROMERO: LA FORMULA JURIDICA DE NOOS «NO ERA ACEPTABLE»
Según el Conde de Fontao, la fórmula jurídica de Nóos, tal y como trasladó a la Casa Real, no era aceptable puesto que se trataba de una entidad de carácter asociativo formada simplemente por Urdangarin y su exsocio Diego Torres, al tiempo que consideró rechazable la prestación de servicios de consultoría mediante la provisión de análisis y reflexiones a entidades públicas o privadas, con la fijación de un precio de por medio.
El exasesor jurídico aseguró, sin embargo, que «jamás» ha intervenido en la creación de las entidades vinculadas al conglomerado Nóos como tampoco conoció ninguno de los contratos celebrados por ellas, las cifras manejadas ni el detalle acerca de cómo el Instituto Nóos estaba internamente organizado.
Sobre la formalización de la Fundación denominada Areté tras la desvinculación de Urdangarin de Nóos, Romero manifestó que esta entidad se formalizó sin su previo conocimiento como tampoco de la Casa Real, lo que llevó a Romero a neutralizar esta iniciativa tras percatarse de que Areté reproducía las notas características que habían inspirado el funcionamiento del Instituto Nóos, con un marcado carácter mercantil y lucrativo.
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