Representantes de las diferentes asociaciones que se han dado cita en la rueda de prensa organizada por el sector educativo. | Teresa Ayuga

El mensaje era claro: la unidad, aunque eso no implique uniformidad. La comunidad educativa al completo volvió a reunirse ayer para reclamar una vez más a la Conselleria d´Educació «dialogo y consenso» y «que haga lo que haga falta» para que un curso que se presenta «imprevisible y complicado» pueda ser normal.

FAPA-Mallorca, la Assemblea de Docents, la Assemblea de Docents DesConcertarts, los directores de Secundaria (ADESMA), los de Infantil y Primaria (ADIPMA), la asociación de inspectores (ADIDE) y los sindicatos ANPE, CCOO, UGT, FSIE y STEI-i exigieron a la consellera Camps y al presidente Bauzá «sentido de país y sentido común, porque el futuro de nuestros hijos está en juego», declaró el presidente de Fapa, Vicenç Rodrigo.

«Queremos un curso normal –detalló– en que las decisiones sean fruto del consenso y no de la imposición, en que se puedan elaborar proyectos lingüísticos ambiciosos, realistas y coherentes, con información e instrucciones claras y en que los alumnos puedan ser atendidos de manera personalizada». También un curso normal «en que las infraestructuras sean dignas y los recursos materiales adecuados y suficientes». Un curso «en que ningún alumno con necesidades de apoyo educativo se vea privado del derecho a la educación y la integración. Un curso en que las ayudas lleguen a quien las necesita y cuando las necesita y en que sea posible la libre elección de centro».

La convocatoria de huelga para el día 15 es un punto de fricción entre todas entidades tan diversas, que quedó patente en la rueda de prensa, pero «pese a nuestras diferencias somos capaces de ir más allá y encontrar puntos de consenso, cosa que no ha sido capaz de hacer la Conselleria», destacó el portavoz de las familias. Reconoció que «la unidad de acción se tiene que trabajar, porque es un equilibrio muy delicado, pero aquí estamos para demostrar que es posible».

En efecto, la huelga no es la mejor opción para los padres, que sí ha sido respaldada por STEI-i y CCOO –Toni Baos entendió razonable que «a las familias no les guste la huelga»– y por UGT, «aunque nos hubieran gustado acciones conjuntas que hubieran salido de esta unidad de acción», lamentó su portavoz. El paro no cuenta, en cambio, con el apoyo de ANPE, «no es el momento ni la solución», ni de FSIE, cuyo representante aclaró que no apoyan la política del TIL, pero que no pueden justificar un paro que no sea por motivos laborales, en su caso en la enseñanza concertada. Al respecto la portavoz de los DesConcertats discrepó y defendió que «también hay argumentos laborales para esta huelga».

El presidente de Adesma apuntó que «nuestras diferencias son sólo de matices en cuanto a la estrategia», mientras que el portavoz de los inspectores insistió en que «lo que no podemos hacer es no hacer nada».