Hola chicas y chicos hoy os voy a hablar de una novela imprescindible, es un libro perfecto para cualquier público, juvenil o adulto. En este corto libro nos encontramos con un perro como narrador, podríamos llegar a encasillarlo como una obra infantil; sin embargo, el tono tremendamente humano que tiene el relato hace que esta idea esté algo equivocada. Sin necesidad de un lenguaje complejo, se crea un relato profundo y significativo.
Esconde en sus páginas un viaje de enseñanzas y descubrimiento. La lectura que podemos darle a este libro variará en función de nuestras experiencias personales y la visión individual que tengamos del mundo, estos factores pueden dar un significado diferente a la historia.
Apelando al supuesto raciocinio, los seres humanos nos hemos proclamado dueño de todo y hemos dispuesto de los recursos a nuestro antojo, olvidando que compartimos territorios con seres que ladran, gruñen, aúllan, graznan, zumban, rebuznan, ululan, roncan, crotoran, pían, silban, lloran y sienten; olvidando que hay compañeros silenciosos de plantas y árboles que nos cobijan y acompañan día tras día; olvidándonos que, gracias a estos, podemos seguir viviendo. Esta es la hipótesis bajo la que se escribe La llamada de lo salvaje de Jack London, la obra más reconocida de este autor estadounidense. London se unió a la fiebre del oro de Klondike donde ambientó sus primeras historias importantes. El autor sobrevivió a las duras condiciones climatológicas, y esta lucha contra la muerte se ve reflejada en todas sus obras. De hecho, su experiencia en Alaska fue tan dramática que marcó tanto su vida personal como toda su carrera literaria.
En este relato que hoy os traigo nos encontramos con Buck, un cruce entre san bernardo y border collie que, desde que tiene memoria, ha disfrutado de una vida llena de lujos y comodidades bajo el cuidado del juez Miller. No es que fuera un perro de compañía al uso pero en general, no se podía quejar, la familia le trataba con cariño y respeto. Pero las dificultades económicas llevan a Manuel, uno de los empleados del dueño de Buck, a vender al perro a un par de canadienses que pretenden usarlo como perro de trineo y de carga. A partir de aquí la vida de Buck cambia radicalmente. Sus comodidades básicas, comida, agua, el calor del fuego se acabaron de una forma traumática. No digamos la tranquilidad de sentirse protegido, cuidado, respetado. Todo lo que hasta ahora había conocido en su perruna vida, salta por los aires. Buck se verá envuelto en situaciones que jamás creyó posibles, descubriendo un mundo que estaba tras la ventana de esa apacible casa en la que vivía pacíficamente. Además encontró territorios de sí mismo que desconocía, que hasta ese momento estaban adormilados, ocultos, latentes pero esperando La llamada de lo salvaje. Su propia naturaleza, la del Canis Lupus, estaba en un lugar recóndito, secreto. Su oído y su olfato, que eran sus principales órganos sensoriales básicos y primordiales para la supervivencia, estaban ignorados, disimulados, camuflados por el peso de doce mil años de convivencia y evolución conjunta con el ser humano.
El autor consigue describir perfectamente el ambiente y las sensaciones que va visitando y experimentando Buck. Pasamos de la desazón que deja la derrota mientras vamos en un tren ante árboles cubiertos de nieve, a sentirnos dueños del mundo al saborear un trozo de carne después de una extenuante jornada de trabajo, en un lugar donde el aire te hiela hasta los huesos.
Espero que os animeis a leer esta obra, que pese a su pequeño tamaño es una joya literaria. Espero que os provoque tantos sentimientos encontrados y reflexiones como las que me he sentido yo con su lectura. En definitiva para esto están los libros, para remover por dentro.
Traductor: Héctor Arnau
Ilustrador: Javier Olivares
Editorial: Nórdica libros
ISBN: 978-84-16440-48-1
P.V.P: 18€