El de Manacor ya tiene 35 trofeos de esta categoría, el récord con dos más que Novak Djokovic, y demostró una vez más que además del 'rey de la tierra', es un todoterreno insaciable. El ruso se vio sobrepasado por el rival y el escenario y cedió en poco más de una hora ante un Nadal que mordió el tercer título de la temporada, tras Roma y Roland Garros, y el 83º de su carrera.
El campeón de 18 'grandes' despertó de golpe al ruso del sueño canadiense, un Medvedev que no había cedido ni un set para llegar a su primera final de Masters 1.000. El número nueve del mundo, a sus 23 años, enseñó los dientes ya desde un largo primer juego en el que tuvo la opción de romper al español. Apuntaba a encuentro largo.
Nadal no volvió a tener que salvar ninguna bola de 'break', jugó mucho con primeros saques y buscó su derecha, llevando a la precipitación a su rival. Con un 'break' temprano en el segundo set, el balear asfixió a un Medvedev errático y sin tiempo para pensar una salida de emergencia. El nivel del español no dejó de subir esta semana desde el debut, una progresión que exige ahora el calendario con Cincinnati, donde se verán de nuevo el 'Big 4', y US Open.
El ruso esperaba una «gran batalla», dijo sobre la final, pero Nadal se quedó solo pronto. El debutante perdió su saque en el cuarto juego del partido y, ante el nivel del español, creció en ansiedad. Con el viento molestando lo suyo, el vigente campeón pegó con todo, mandó en esos intercambios hasta el 6-3. El segundo set fue un rosco del balear, enchufado en lo físico y tenístico, a sus 33 años.
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