Este partido de la ida de cuartos de final de la Europa League había sido clasificado por las autoridades con el máximo nivel de riesgo, de cuatro sobre cuatro.
Un testigo local contó a EFE que, minutos antes del comienzo, un grupo de seguidores turcos lanzó desde las gradas de arriba en el fondo sur petardos a los asientos de las filas inferiores, donde se encontraban los integrantes del Lyon 1950.
Algunos de ellos fueron al encuentro de la afición turca con ánimo de pelea, mientras que otros se lanzaron al campo para huir de los petardos.
Radicales turcos, según añadió el diario «L'Équipe», acabaron también bajando al terreno de juego, hasta que la intervención de los antidisturbios, que se produjo sin incidentes, puso fin al altercado.
Poco antes del encuentro, en los alrededores del estadio, se habían registrado peleas igualmente entre aficionados turcos y franceses, así como un encontronazo entre militantes del Besiktas contra las fuerzas del orden.
El presidente del Lyon, Jean-Michel Aulas, fue uno de los que bajaron al césped para intentar calmar los ánimos, en una cita cuyo inicio, previsto para las 21.05 hora local (19.05 GMT), fue retrasado 45 minutos.
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