Kwiatkowski, de 24 años, hizo honor a su apodo de «Tigre del Báltico». Su equipo trabajó todo el día, pero en el momento clave supo dar el zarpazo sorprendiendo a todos sus rivales, que ya no le pudieron dar alcance. Bastó un ataque a 5 kilómetros de meta, en la bajada del Mirador.
Por detrás le persiguieron los favoritos, con Valverde entre ellos, pero Kwiatkowski abrazó la gloria por delante del australiano Simon Gerrans y de Valverde, de 34 años, quien sumó su sexta medalla, la tercera consecutiva de bronce.
La lucha por el oro empezó con intensa lluvia y muchas precauciones, lo que no evitó una temprana escapada con cuatro hombres: Quintero (Colombia), Kvasina (Croacia), Polivoda (Ucrania) y Savickas (Lituania), que llegaron a tener una ventaja de más de 15 minutos ante la parsimonia del pelotón, que rodaba a marcha cicloturista.
No obstante, la carretera mojada empezó a jugar malas pasadas en la tercera vuelta con una caída que afectó, entre otros al vencedor del Tour de Francia, el italiano Vincenzo Nibali, mientras que el canadiense Christian Meier hubo de retirarse.
Polonia, en un momento en el que se atrevió a salir el sol, llevó el peso del pelotón para estabilizar la fuga. Los hombres de Kwiatkowoski hicieron un enorme trabajo, dejando claro desde lejos que su líder quería optar al oro, pero fue Italia la encargada de cambiar el rumbo de la carrera.
Los italianos desplegaron su estrategia a 4 vueltas del final, en pleno ascenso a Confederación. El grupo empezó a romperse hasta quedar al frente 12 hombres: Dani Navarro, Kennaugh, Wellens, Tony Martin, Juul Jensen, Trofimov, Boasson, Geschke, Vanmarcke, Albasini, Visconti y Caruso.
Entre todos emergió en el descenso del Mirador el alemán Tony Martin, dispuesto a realizar una galopada de las suyas. El «Tanque» abrió hueco pero no fue lejos por la reacción de Visconti, quien se unió en una fuga peligrosa al británico Peter Kennaugh.
Era como un nuevo comienzo de la carrera. Los ataques se sucedían. Los próximos en intimidar fueron De Marchi, Gautier y Andersen y Kiryienka, que empezaron la última vuelta con 50 segundos de ventaja.
Por detrás se movió el equipo español con Dani Navarro y Castroviejo, pero el único que saltó de grupo fue Kwiatkowski, quien se unió al cuarteto de cabeza. El polaco coronó El Mirador y atacó bajando.
Ahí se la jugó «Kwiato», en una bajada espectacular, del todo por el todo. Voraz persecución por detrás, con Purito lanzando sus bazas, pero insuficientes ante el empuje de los belgas y australianos.
Fue Valverde quien se incrustó en el grupo que se iba a disputar las medallas secundarias, porque el oro tenía ya un dueño polaco.
Cuatro bronces y 2 platas para Valverde, seis medallas que constituyen un récord en Mundiales de fondo en carretera.
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