El director técnico de la selección España Vicente del Bosque participa en un entrenamiento del equipo. | Juanjo Martín

España regresa al mágico Maracaná para encarar una auténtica final ante Chile a las primeras de cambio, con su vida en el Mundial en juego junto al orgullo de los campeones del mundo, obligados a vencer para no hacer las maletas tras el duro repaso al que le sometió Holanda.


En un escenario que ya conoce cuando aún disfrutaba de su etapa más gloriosa. Un duelo en el que se juega todo a una carta. Y lo vivió ante el mismo rival hace cuatro años, en el tortuoso inicio del camino a la gloria en Sudáfrica. Aquella cita de alto voltaje ante Chile en Pretoria, representa uno de los recuerdos de más tensión de unos futbolistas españoles que han pasado de tocar el cielo a ver de cerca la rampa que encamina a marcha acelerada al infierno. El fútbol no vive del pasado y España, rival a batir, se encuentra con equipos que le tienen más que estudiado. Lo demostró Holanda, que le asestó la segunda goleada más dolorosa de su historia en un Mundial (1-5), la derrota más humillante de la era Del Bosque, que le deja al borde del abismo. Obligado a vencer los dos partidos que le restan y hacerlo recuperando su cara más goleadora.

En el duelo de las dos Rojas, España necesita ganar y hacerlo con goles. Para ello Vicente del Bosque retocará su idea inicial. Insistiendo que sus cambios no deben dejar jugadores señalados, consciente de que los que mande al banquillo serán los grandes culpables del pésimo inicio de Mundial. Gerard Piqué, Xavi Hernández y David Silva se perfilan como los sacrificados.

No sentará a Casillas. Más que nunca necesita el regreso del ‘Santo' en un momento en el que el capitán parece haber perdido su ángel. De su error en la final de Liga de Campeones y las lágrimas de la segunda mitad de la prórroga pasó a su peor partido como internacional frente a Holanda. Fallos garrafales que debe dejar en el olvido tras ejercer de capitán, dar un paso al frente y asumir en el vestuario que es el primer culpable. Sin Valdés, baja en el Mundial por lesión, no hay debate en la portería.

En defensa Del Bosque podría introducir dos novedades. Parece clara la permuta en el centro de la defensa. El momento de Piqué quedó demostrado que no es el mejor y aunque el salmantino nunca ha sentado al central catalán, siempre hay una primera vez y Javi Martínez se perfila titular. Hay opciones para Juanfran por Azpilicueta en el lateral derecho.
España tiene un estilo con el que ha alcanzado el éxito y Del Bosque no lo cambiará pero introduciré retoques. El toque debe ser a mayor velocidad y con más verticalidad. Provoca el descanso de Xavi y la entrada de Cesc, jugador perfecto para un partido de ida y vuelta ante la siempre aguerrida Chile que atacará con velocidad. Es la que pone en la Roja Pedro Rodríguez, el jugador en mejor forma que también será novedad en un ataque en el que puede mantenerse Diego Costa como referencia ofensiva.

Chile ha preparado a conciencia el duelo contra España con el empujón anímico del triunfo en el debut ante Australia (3-1), donde el equipo de Jorge Sampaoli alternó pasajes de buen fútbol con tramos más espesos. Ha estudiado hasta la saciedad a un rival al que nunca ha ganado en su historia.

Los jugadores han coincidido al señalar que el duelo contra los campeones del mundo es una final, tanto para ellos, que casi pueden certificar el pase a octavos, como para España, que si pierde quedará fuera del Mundial a las primeras de cambio.
En los últimos días ha ganado peso la posibilidad de que Sampaoli haga algún cambio en el dibujo táctico y en la alineación para el choque en el estadio Maracaná. Por su mente pasa una variación táctica inusual. Francisco Silva, de Osasuna, puede entrar en el once titular para apuntalar el centro de una defensa de tres hombres, cubriendo las espaldas de Gary Medel y Gonzalo Jara, como líbero, demarcación poco visible en el fútbol moderno.