En una horario poco habitual -la organización del torneo quería probar al balear en el último turno para atraer más público a última hora de la tarde- Nadal demostró que, poco a poco, va disipando las dudas sobre su juego.
Mucho más suelto, más metido en la pista y con más confianza que ayer ante Albert Ramos, Nadal no dio opciones a Dodig, demasiado metido atrás y siempre a remolque en el intercambio con el ocho veces campeón del torneo.
El manacorí rompió el servicio del croata en el quinto juego y éste le devolvió el 'break' en el juego siguiente, pero solo fue un espejismo. Nadal volvió a romper el saque de su adversario y aceleró hasta llevarse el primer set con otro 'break'.
Dodig intentó reaccionar en la segunda manga, sacando más agresivo, dando un paso al frente en la pista, intentando romper el ritmo del español con alguna que otra dejada.
Sin embargo, se encontró con el Nadal rocoso de las grandes ocasiones. El número uno mundial se sentía cómodo con su servicio, que ya no volvería a perder, y su derecha le corría más de lo que ha sido habitual las últimas semanas.
Muy serio y concentrado -con 5-2 arriba en el segundo parcial incluso se animó a protestar una bola de Dodig que el juez de silla había dado por buena- siguió jugando con la misma determinación hasta el final.
En un visto y no visto se adjudicó el segundo set y el partido, y mañana reeditará la final del año pasado ante Almagro, que hoy venció al también español Fernando Verdasco por un doble 6-3, vengando así la derrota que el madrileño le infligió hace dos semanas en la final de Houston.
Esta será la undécima vez que Rafa Nadal y Nicolás Almagro, sexto cabeza de serie del torneo, se verán las caras. En los diez enfrentamientos precedentes la victoria ha sido siempre para el mallorquín.
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