La jugadora rusa protagonizó una dura semifinal frente a la checa Petra Kvitova, ante la que perdió la final de la pasada edición de Wimbledon, en un partido en el que Sharapova supo sacar provecho de su mayor experiencia en los momentos decisivos para ganar por 6-2, 3-6 y 6-4, en 2 horas y 12 minutos de partido.
La clave del encuentro estuvo en el acierto de la rusa en los puntos de rotura, ya que convirtió los cinco que dispuso, mientras que Kvitova sólo le rompió a Sharapova tres veces el servicio en los 14 puntos que tuvo para conseguirlo.
Tras un inicio de tanteo, Sharapova fue la primera que incrementó una marcha al ritmo del partido y llevó el mando de los puntos. Tras el 2-2, consiguió encadenar cuatro juegos consecutivos y se llevó con facilidad la primera manga.
Reaccionó de inmediato Kvitova que se apuntó un 3-0 de salida. La checa mejoró sensiblemente su juego. Pasó a dominar el partido con sus golpes ganadores y exhibió un mejor servicio, que impidió a la rusa disponer de punto alguno de rotura.
En la manga definitiva, de nuevo la checa logró romper el servicio de Sharapova en el tercer juego, pero no pudo confirmar la rotura a continuación con su servicio.
Kvitova bajó sensiblemente su efectividad en el primer saque, lo que aprovechó la rusa para ponerle mucha presión en el décimo juego, donde certificó su victoria.
Con este triunfo, Sharapova jugará su tercera final en Australia, donde perdió la primera que disputó en 2007 ante la estadounidense Serena Williams, mientras que un año después sí que pudo llevarse el título ante la serbia Ana Ivanovic.
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