Los jugadores del Real Zaragoza guardan un minuto de silencio por las víctimas del terremoto de Japón momentos antes de comenzar el partido. | Efe

Zaragoza 4 - 0 Valencia

Real Zaragoza: Doblas; Diogo (Da Silva, min.86), Jarosik, Contini, Paredes; Gabi (N'Daw, min.80), Ponzio; Jorge López, Ander Herrera, Bertolo; y Uche (Braulio, min.60).

Valencia: Guaita; Bruno, Stankevicius, Ricardo Costa (Ever Banega, min.35), Alba; Joaquín, Topal, Tino Costa, Mathieu (Mata, min.57); Jonás (Albelda, min.67) y Soldado.

Goles: 1-0. Min.5, Jarosik; 2-0. Min.40, Ander Herrera; 3-0. Min.65, Gabi de penalti; 4-0. Min.75, Gabi de penalti.

Àrbitro: González González. Amonestó con cartulina amarilla por el Real Zaragoza a Paredes y Gabi, y por el Valencia a Tino Costa, Banega y Albelda y en dos ocasiones a Stankevicius por lo que fue expulsado en el minuto 65.


El Real Zaragoza protagonizó su mejor partido de la temporada y logró su victoria más amplia, cuando más lo necesitaba y cuando mayor respaldo tuvo en las gradas, ante un Valencia que llegaban con una notable herida por su eliminación europea y que los maños se encargaron de agravarla todavía más.

El tercer clasificado de la Liga española pasó completamente desapercibido en su visita a la capital aragonesa donde dejó una imagen muy pobre en un partido en el que prácticamente no compareció y en el desde los primeros compases, agrandado por el gol de Jiri Jarosik, dio la sensación de no estar en el campo.

Con los dos equipos todavía tomando posiciones sobre el césped de La Romareda y haber llegado el balón a los porteros, una falta colgada al área por Javier Paredes desde más de treinta metros pilló descolocada a la defensa valencianista que vio impotente como Jarosik remataba al fondo de la red.

Los valencianistas tenían muchos problemas para deshacerse de la agobiante presión zaragocista y no conseguían llegar con peligro hasta la portería defendida por Doblas, de hecho los maños pudieron ampliar su ventaja antes del primer cuarto de hora con un balón entre líneas de Jorge López que Ikechukwu Uche no acertó a resolver.

La única acción de peligro y con una buena combinación levantina, anulada por fuera de juego, llegó a los veinte minutos con Joaquín marchándose de varios defensores que combinó con Jonás y un pase al hueco a Soldado cuyo remate rechazó Doblas.

En un calco del primer gol, una falta lanzada por Ponzio poco antes de la media hora la tocó de cabeza Diogo y Bertolo la mandó fuera cuando tenía todo a su favor.

A Unai Emery no le gustaba lo que estaba viendo de su equipo y a los veinte minutos ya mandó a calentar a Ever Banega que entró pasada la media hora y reestructuró la posición de sus jugadores pasando Topal al centro de la defensa y situaba al argentino en el centro del campo.

El Valencia transmitía sensaciones excesivamente negativas y parecía cuestión de tiempo que los maños abriesen todavía más hueco en el marcador. Nico Bertolo se encerró excesivamente en una contra local y cruzó con demasiada potencia su remate al que a punto estuvo de llegar Uche con la puerta vacía.

En la siguiente acción, el nigeriano vio como le indicaba el desmarque Ander Herrera que rompió el fuera de juego y tras recibir el balón en vaselina se quedó sólo ante Guaita para resolver con el segundo gol el mano a mano.

En la reanudación los zaragocistas sólo necesitaron cuarenta segundos para crear su primera acción de peligro en un cambio de orientación de Gabi que Jorge López de volea envío demasiado elevado.

La primera sensación de presencia de los valencianos en el juego se produjo al cuarto de hora de la reanudación cuando los hombres de Javier Aguirre dieron algunos metros más a su rival que podía combinar con mayor facilidad.

Una pugna de Bertolo con Stankevicius que terminó en penalti y expulsión del lituano y prácticamente la sentencia del partido al anotar el tercer gol el capitán local Gabi.

Con diez jugadores y las ideas demasiado confusas, el Valencia empezaba a pedir la hora porque su rival podía terminar haciéndole mucho daño. El recién incorporado Braulio pudo marcar a los 70 minutos y poco después se escapó de Albelda y forzó un segundo penalti que supuso el segundo gol de Gabi. Ahí se acabó el partido con el festejo de la grada, que por primera vez en mucho tiempo había disfrutado de lo lindo con su equipo.