España 66
Francia (9+18+16+29): Batum (14), Pietrus (4), De Colo, Diaw (2) y Traore (7) -equipo inicial-, Albicy (13), Koffi (11), Mahinmi (5), Jackson, Bokolo y Gelabale (16).
España (18+10+16+22): Rudy (13), Ricky Rubio (6), Navarro (17), Reyes (9) y Gasol (8) -equipo inicial-, Raúl (3), Claver, Vázquez (1), Llull (3), Mumbrú (3) y Garbajosa (3).
Àrbitros: Jorge Vázquez (PUR), Michael Aylen (AUS) y Juan José Fernández (ARG). Eliminaron por cinco personales al francés Traore y al español Rudy Fernández.
La selección española volvió a tropezar en la misma piedra, en la del partido inicial de una gran competición, como sucedió el año pasado en el Europeo ante Serbia, y esta vez fue ante Francia, por seis puntos 72-66.
Los partidos iniciales siempre se les dio mal a los campeones del mundo, pero más importante incluso que la derrota es la mala imagen que transmitió, sin chispa, sin ideas, sin soluciones...
Los dos equipos comenzaron agarrotados, sobre todo en ataque. Fue Felipe Reyes el que inauguró el marcador pasados los dos minutos de juego al anotar el 1-0 tras uno de los dos tiros libres que lanzó.
También es cierto que ambos rivales apostaron por la defensa, lo que unido al escaso acierto en ataque dio lugar a un paupérrimo marcador al descanso, 27-28 para los españoles.
Entre el apagón inicial y la igualada del descanso, la selección se asentó en el marcador con cómodas ventajas en el primer cuarto, ante la inactividad ofensiva de los galos, que se prolongó hasta el minuto 4,20.
El 9-18 del final de los primeros diez minutos, quizá llamó al engaño a alguien. Con Marc Gasol y Felipe con dos personales y en el banquillo, la selección podía pasar apuros ante la fortaleza física de los franceses, que comenzaron a acercarse al aro tanto como a cerrar el suyo a base de tapones estratosféricos.
Las defensas alternativas (hombre y zona dependiendo de la acción de juego anterior) que ordenó Scariolo y una zona con presión al balón, quizá no produjeron el efecto esperado, porque coincidió con el mejor momento de tiro de los vecinos del norte y en especial con el del ex madridista Mickael Gelabale, que clavó dos triples sin fallo cuando más dolió.
Pese a todo, y a los diez puntos del equipo español en todo el segundo periodo, Francia apenas estuvo unos segundos dominando en el marcador.
Con Marc y el quinteto inicial de nuevo en pista tras el paso por vestuarios, España volvió a recuperar parte de su chispa habitual, y parte de poder de defensa e intimidación, efectividad en ataque y, en definitiva, ventajas y tranquilidad en el marcador. Aunque no fue fácil ni rápido.
El partido se volvió farragoso, denso, indescifrable para los jugadores, hasta el punto que después de haber disfrutado de ocho puntos de renta en varias ocasiones, el tercer cuarto volvió a terminar con un solo punto de ventaja española, 43-44.
Tocó sufrir en los diez minutos de la verdad. El equipo no carburó bien en ningún momento y Francia volvió a adelantarse 53-50 a falta de cuatro minutos. Con Marc Gasol, Rudy, Ricky y Navarro a mitad de rendimiento y sin sentirse cómodos con el arbitraje y en la pista, el fantasma del Europeo, y de los partidos iniciales con derrota, tiñó de negro el panorama español.
Más cuando, a falta de 2,30 minutos, Francia se adelantaba con un 58-53 y con un 63-54 y menos de dos minutos por delante, tras lanzar cuatro libres seguidos por falta y técnica al equipo español. España volvió a tropezar en la misma piedra.
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