Picón, con un jugador del Sant Andreu, tras los incidentes. | UESA

No todo fue felicidad en la victoria de la Peña Deportiva ante el Sant Andreu (0-2). El domingo se volvió a vivir un lamentable episodio de violencia en el que el blanco de los aficionados más radicales del equipo catalán fueron el portero de la Peña, Pablo Picón. El guardameta recibió insultos y escupitajos, obligando al árbitro del encuentro a parar el mismo durante 10 minutos. De hecho hubo dos episodios, el primero en el que se avisó por megafonía para que cesaran estos actos y un segundo que acabó con esa suspensión momentánea en el que la que jugadores se fueron a los vestuarios.

En el acta, el colegiado Octavio Herranz Monge reflejó: en el minuto 89 desde el fondo norte, se lanzaron varios escupitajos sobre la zona donde se encontraba el portero visitante, llegando estos a impactarle. Se observaron varios en la cabeza y espalda del portero visitante. Ante este hecho, se activa el protocolo de actuación sobre los incidentes de público, concretamente para actos intolerantes, requiriendo al delegado de campo para que se proceda a comunicar por la megafonía del estadio el mensaje a fin de que cesen dichos comportamientos. En el minuto 90+6, se vuelven a repetir dichos lanzamientos de escupitajos desde la misma zona, activándose nuevamente el protocolo, y volviendo a advertir al delegado de campo para que vuelva a comunicar este hecho».

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Picón no fue el único blanco de estos lamentables incidentes. El acta también recoge que uno de los asistentes sufrió una grave amenaza de muerte: «Tengo un cuchillo y te voy a matar». Además, el linier recibió varios escupitajos también lo que llevó al colegiado suspender temporalmente el partido en el minuto 97.

Desde la Peña emitieron un comunicado lamentando y condenando los hechos: «Desde la Peña condenamos rotundamente la violencia que recibió nuestro portero y las amenazas recibidas por el linier en la pasada jornada ante el Sant Andreu en el Narcís Sala. No tienen cabida en el deporte estas situaciones. Estamos al lado de nuestro jugador y esperamos que ni él, ni ningún otro jugador tenga que volver a sufrir estos actos. Son hechos absolutamente lamentables que deben desaparecer del fútbol de una vez por todas».