Fernández tiene claro cuál es su objetivo y poco a poco va recogiendo sus frutos. Está dentro del equipo del mallorquín Jaume Munar, que esta semana se ha colocado como el número 75 del mundo. Tomeu Salva y Gustavo Marcaccio son los entrenadores del mallorquín y son dos espejos para Fernández que está encantado de poder formar parte de su equipo. «Son dos entrenadores muy curtidos a nivel ATP. Aprendo mucho de ellos y son mis referentes en la academia. Debo ser una esponja y empaparme de todo lo que me dicen», explica.
Al formar parte del equipo, también viaja a algunos torneos con Munar para coger experiencia en el circuito ATP y ser su apoyo, este es el caso del Challenger de Perugia. Munar se impuso en la cita italiana con Fernández en el banquillo, algo que siempre recordará el ibicenco pues no solo forma parte de su equipo, también son grandes amigos. «Más que actuar como entrenador, le doy un apoyo más personal porque es mi mejor amigo. El tenis es un deporte muy solitario y es muy importante tener a alguien de tu confianza cerca. Tengo muchas ganas de que triunfe y vaya más. Yo voy a aportar mi granito de arena para que lo pueda conseguir», confiesa Fernández.
Además, recordará este torneo también por las dificultades que han tenido: «Jaume tuvo unos problemas físicos inesperados, fue una semana muy dura, pero estuvo perfecto a nivel mental y competitivo». Munar se impuso en la final al argentino Tomás Martín Etcheverry (6-3, 4-6, 6-1).
El camino que está emprendiendo Javier Fernández no es sencillo. Quiere convertirse en el primer ibicenco en entrenar a nivel ATP y para ello sabe que debe trabajar mucho: «No es un camino fácil, pero por la Academia pasan muchos jugadores. Es un proceso largo, pero estoy en el sitio adecuado».
Actualmente, a parte de formar parte del equipo de Munar, Fernández entrena junto a otras dos personas a un grupo de 18 tenistas entre los 14 y 15 años.
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