Paco Jémez presentó cinco cambios en la alineación inicial, varios de ellos por obligación (lesión o sanción). Recuperó a su pareja de centrales de confianza, formada por Goldar y Juan Ibiza, a la que acompañó en la derecha Cifu por la baja de Fran Grima. Las otras dos novedades fueron la entrada de Raúl Sánchez, en el extremo izquierdo, y Manu Molina, que compuso el doble pivote junto a Pape Diop.
Gaizka Garitano también realizó varias modificaciones, en concreto cuatro. Glauder, Leschuk, Toño García y Sergio Álvarez ocuparon los puestos de Arbilla, Correa, Atienza y Corpas.
La Udé salió gustándose de inicio, jugando al toque y controlando el juego. Eso sí, sin una superioridad manifiesta. Ambos equipos se mostraron un gran respeto en estos primeros compases, donde el riesgo era mínimo y la profundidad era inexistente.
El marcador pudo moverse en el ecuador de este primer periodo, donde en un abrir y cerrar de ojos se produjeron infinidad de ocasiones. Primero, Herrera superó al portero en el mano a mano tras un pase en profundidad de Diop, pero la acción fue invalidada por claro fuera de juego.
La repuesta armera no se hizo esperar. Javi Muñoz avisó primero con un disparo raso que se marchó fuera. Acto seguido, Juan Ibiza mandó a córner un peligroso cabezazo de Fran Sol. Pero la más clara se produjo en ese saque de esquina. Toño García chutó raso tras recoger el balón en el área, Germán no atrapó la pelota y Stoichkov no supo aprovechar el rechace.
El partido entró en un toma y daca continuo. La siguiente llegada fue de la UD Ibiza y acabó en gol, pero el VAR entró en acción para invalidarlo por una mano previa del autor del tanto. El central había marcado a placer a la media hora de juego tras un balón dividido con el guardameta, que despejó el balón y este impactó en el brazo del defensa.
Los unionistas insistieron sobre la meta defendida por Cantero en la recta final. En el 39, Juan Ibiza tuvo una doble ocasión de cabeza, pero la pelota no acabó encontrando portería. Fue la última acción reseñable de un primer tiempo que se saldó sin goles.
Acierto tras el descanso
La suerte cambió tras la reanudación y los pitiusos apenas necesitaron un minuto y medio para romper el ‘cerocerismo'. Ekain, con un golpeo de primeras a la escuadra, aprovechó una gran acción de Herrera, que le había dejado solo contra el portero. La grada estallaba de júbilo al ver cómo los suyos mandaban por fin en el marcador tras meter tres veces el esférico en la portería, las dos primeras anuladas.
El líder no se arrugó y no tardó en rozar el empate. Lo tuvo Leschuk en el 55, pero su remate en el área pequeña se marchó lamiendo el palo. La Udé no se amilanó lo más mínimo y se lanzó a por el segundo. Y lo encontró en el minuto 60. Herrera se marcó una gran acción individual, tiró la pared con Raúl Sánchez y, ya en el interior del área, batió al meta de disparo cruzado. Golazo.
A partir de entonces sólo hubo un equipo sobre el campo: la UD Ibiza. Los ibicencos pudieron ampliar su renta. Cantero evitó que Herrera firmara su doblete particular con una mano salvadora a cinco metros del atacante unionista en el minuto 75. En el 87, Davo pecó de egoísmo y disparó fuera cuando tenía un compañero en mejor posición.
No llegó el tercero, pero sí el pitido final. De esta forma, los celestes pusieron fin a su mala racha y se metieron en el bolsillo la permanencia en la categoría de plata de manera más que virtual. Los de Paco Jémez resucitaron cuando peor pintaba todo y ante el equipo en mejor forma del campeonato. Lo hicieron marcándose un gran partido para inyectarse una dosis de confianza y recuperar la tranquilidad de cara a esta recta final del campeonato. La Udé está viva; muy viva.
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