En el primer set, empezó con mucha igualdad y con un importante intercambio de golpes. Ninguno de los dos equipos conseguía despegarse del otro en el marcador. Tras el 8-8, llegó el primer tirón de los visitantes que se fueron de cinco puntos (8-13) y Raúl Rocha tuvo que frenarlo con un tiempo muerto.
El parón detuvo la sangría y dio opciones a los celestes intentaron meterse en la pelea (16-19). Apretaron el marcador y lo redujeron a dos puntos con el 19-21. Fue entonces cuando el Palma pidió tiempo muerto y la reacción fue inmediata y el primer parcial cayó para el lado mallorquín (20-25).
El segundo set empezó como acabó el anterior, con ventaja visitante. Los de Palma estaban mejor y se hicieron con las primeras ventajas. La renta estaba en unos cómodos tres puntos que los de es Viver no eran capaces de recortar. El conjunto visitante jugaba con la confianza que le daba el marcador, mientras que las urgencias estaban en el cuadro local.
Cuando subió el 9-15 al luminoso se encendieron todas las alarmas del polideportivo de Vila. Las cosas se complicaban mucho y se empezaba a vislumbrar como se escapaba una de las últimas vidas que les quedaban a los celestes.
Hubo un atisbo de reacción, llegando a ponerse los pitiusos a tan solo dos puntos (14-16), pero los visitantes se encargaron de apagar la rebelión por la vía rápida con un parcial rápido que frenó cualquier intento de remontada (14-19). Raúl Rocha pidió tiempo muerto para intentar buscar una nueva reacción antes de que fuese demasiado tarde. No la hubo y el segundo set terminó cayendo para los mallorquines (18-25).
Como ocurrió en los últimos encuentros, la UD Ibiza Ushuaïa llegó al tercer sin red y en busca de un milagro que no llegó. El paisaje no cambió y los mallorquines hicieron cumplir la lógica que impera en la clasificación liguera. Eso sí, en esta ocasión les costó mucho más porque los celestes hicieron su mejor juego. De hecho llegaron a tener un 20-17 que ponía muy cerca en set. La igualdad fue total en el cierre de set, pero no hubo fortuna y acabó cayendo para los mallorquines gracias a una polémica tarjeta roja que puso el 24-25 y terminó cerrando el Palma con el 25-27.
Los ibicencos seguirán una semana más en puestos de descenso y ya solo quedan cuatro partidos por jugarse, dos de ellos contra el primer y tercer clasificado.
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