A la octava llegó la vencida. La UD Ibiza perdió su condición de invicto en tierras guipuzcoanas, donde cayó por 3-1 contra el Eibar. Tras siete jornadas sin conocer la derrota, el equipo celeste hincó la rodilla. Y lo hizo precisamente en un partido que se le puso de cara y controló en todo momento durante la primera parte. Sin embargo, tras el empate, al final del primer tiempo, se vino abajo y ya no fue capaz de reencontrarse con esa buena versión que había ofrecido.
Ipurua se convirtió desde el principio en Can Misses. Y es que la Udé parecía el equipo que jugaba en casa al mostrarse bastante superior a su rival. Se adueñó de la posesión del balón y encontró vías para hacer peligro ante un conjunto azulgrana que se encontró más incómodo de lo que podía prever.
Los celestes incluso vieron portería a los seis minutos con un disparo raso de Castel, pero la acción fue invalidada por fuera de juego en la asistencia en largo de Bogusz. Los armeros eran prácticamente un títere en manos del conjunto de Juan Carlos Carcedo, que encontró en los pases de su internacional polaco un arma casi letal.
Mientras Castel, Ekain y Herrera peleaban por encontrar el gol, el cuadro de Gaizka Garitano se tuvo que conformar con una única oportunidad. Se produjo al cuarto de hora de partido, en un disparo de Expósito desde fuera del área que se marchó por encima del larguero. Fue una acción aislada en un encuentro dominado por los unionistas, que encontraron su recompensa al filo de la media hora de juego. Herrera, que previamente vio cómo un defensa desbarataba un disparo tras u buen pase de Ekain, se encargó de romper el cerocerismo. El exjugador del Lugo, en su primera titularidad, remató a la red un balón que no queda claro si fue un pase o un disparo fallido de Castel, pero lo importante es que metió bien el pie en el segundo palo para hacer el primer gol del choque. Por cierto, la asistencia vino precedida de un gran cambio de orientación de Bogusz, que exhibió una gran visión de juego.
El gol sentó como un jarro de agua fría en las filas locales. La UD Ibiza lo notó y se lanzó en busca del segundo. Ekain no anduvo lejos, pero su remate forzado se marchó fuera. Cuando todo hacía indicar que los de Juan Carlos Carcedo pondrían tierra de por medio, saltó la sorpresa. En la jugada más larga del Eibar, Fran Sol niveló la balanza. Tras recibir el esférico por parte de Rober Correa, cuerpeó con Rubén, al que dio un golpe involuntario en el rostro con su cabeza, y lanzó un disparo escorado que superó la salida de Germán. El juego estuvo parado cuatro minutos entre la revisión de la jugada y la asistencia médica que requirió el central. Finalmente, el tanto fue dado por válido y el defensa dejó su sitio a Juan.
Cambio radical
Tras el descanso, el decorado ya no fue el mismo. Pese a que Herrera y Castel dispusieron de una doble ocasión desbaratada por Etxeita, lo cierto es que el equipo azulgrana pasó de dominado a dominador. A los cuatro minutos, Rober Correa perdonó una ocasión manifiesta de gol al borde del área pequeña. Acto seguido, Edu Expósito metió el susto en el cuerpo de los ibicencos con un zapatazo desde más allá de la media luna del área que salió lamiendo el palo izquierdo de la portería visitante.
Carcedo le vio las orejas al lobo e introdujo un doble cambio Nono y Javi Pérez sustituyeron a Herrera y Diop. Este último recibió el cariño de la grada, que se puso de pie para aplaudirle por sus cuatro años anteriores defendiendo al club de Ipurua. Sin embargo, no dio tiempo a que las nuevas piezas trataran de variar el rumbo del partido porque los locales, tocados por la diosa Fortuna, voltearon el marcador dos minutos después. Un disparo de Expósito se marchó al palo y rebotó en la espalda de Germán para acabar dirigiéndose al fondo de las mallas.
El propio Expósito trató de ampliar la ventaja, pero Germán detuvo su lanzamiento desde fuera del área. El infortunio continuó cebándose con los celestes, que vieron cómo Morillas pedía el cambio por lesión. Escobar tuvo así sus primeros minutos. Además, Davo también entró al campo por Ekain.
Lo cierto es que el guion no varió. El Eibar siguió controlando la situación ante una Udé que no encontraba la forma de reaccionar. De hecho, llegó la puntilla. Stoichkov, tras un buen pase de Expósito, provechó un mano a mano contra el guardameta para marcar a placer tras driblarle en el minuto 85. Ahí murió ya una UD Ibiza que sufrió su primera derrota del curso.
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